(ANSA) - ROMA 2 ENE - La periodista italiana Cecilia Sala se
encuentra detenida desde el pasado 19 de diciembre en la cárcel
iraní de Irvin, en Teherán, donde la pasada noche hizo mucho
frío, ya que el termómetro marcaba -2 grados y la máxima llegó a
solo 6.
Ella no tiene cama para dormir. Descansa en el suelo, que es
muy frío, y solo le dieron dos mantas. Una la pone en el suelo,
otra la usa para cubrirse. El frío de Evin es conocido para
quien pasó por esa cárcel, "es doloroso". Y luego esa maldita
luz de neón, que está encendida las 24 horas.
Los anteojos para ver confisacados. No hay contacto humano,
solo una grieta que se abre en horas de comer por la cual entran
los dátiles y poco más.
Cecilia Sala lo contó en la única llamada que se le permitió
hacer a sus padres. Para luego añadir, más de una vez: "Hay que
hacerlo muy rápido".
La única cara amiga que la periodista pudo ver en estas dos
semanas fue la de la embajadora Paola Amadei: un encuentro que
duró 30 minutos en presencia de los guardias, que les exigieron
que hablaran en inglés, para entender lo que decían.
La embajadora le había llevado un paquete con productos de
higiene, libros y un panettone. Pero a Cecilia nunca se le
entregó.
Son horas de espera para la familia de la periodista y para
el compañero Daniele Raineri, periodista también.
Las palabras de Cecilia hicieron que sus seres queridos se
sientan seguros sobre las pésimas condiciones en las que está
detenida, nada "dignas", como habían dicho al principio las
autoridades. Su decisión de no hablar, de no hacer
declaraciones, dice mucho sobre la tensión que están viviendo,
esperando noticias positivas.
Precisamente el compañero había publicado un post hace cinco
días en Instagram: "Llegan muchísimos mensajes de solidaridad
dirigidos a Cecilia. Tan pronto como sea posible, sabrá de todo
este afecto. Cecilia Sala fue a trabajar a Irán con un visado de
periodista. El penúltimo día fue arrestada por las autoridades
iraníes y encerrada en una celda de aislamiento en la prisión de
Evin, en Teherán. La primera visita a la cárcel no fue
autorizada hasta después de ocho días en aislamiento".
Más de 600 comentarios, sobre todo de chicos y chicas que
llegaron a conocer a Cecilia a través de sus podcasts -"para
nosotros ya es una de familia, la cita a las 18 horas con ella
está fijada", cuenta una seguidora- y a través de sus servicios.
Los corazones de Serena Bortone y Peter Gomez están en el
aire. La Unión de los Universitarios le dedicó un posteo con
escrito: "El periodismo no es delito". (ANSA).