(ANSA) - BRUSELAS 31 DIC - Ucrania confirma el cese del
tránsito de gas ruso hacia Europa a partir de mañana 1 de enero.
En tanto, la Unión Europea da garantías: "Estamos preparados".
Mientras tanto, el precio supera los 50 euros el MWh, por
primera vez en más de un año
A partir del 1 de enero no se espera que llegue gas ruso
a Europa a través de Ucrania. Esto es lo que muestran los datos
del operador del gasoducto ucraniano, mientras llega a fin la
fecha del importante acuerdo de tránsito entre Moscú y Kiev.
Los datos del operador ucraniano Ogtsu muestran que las
entregas a través del único punto de entrada de gas ruso a
Ucrania caerán a cero a partir de este 1 de enero de 2025.
Europa dice estar preparada para el inminente fin del
contrato de tránsito de gas ruso a través de Ucrania. "El
impacto sobre la seguridad del suministro de la UE será
limitado", subraya una portavoz de la Comisión Europea,
explicando que la infraestructura europea es lo suficientemente
flexible como para garantizar el suministro de gas no ruso a los
países de Europa central y oriental a través de "rutas
alternativas".
Los precios europeos del gas natural alcanzaron, por
primera vez desde octubre de 2023, los 50 euros por megavatio
hora, impulsados ;;por la caída de las temperaturas pero sobre
todo por los temores del mercado europeo por el bloqueo por
parte de Ucrania del tránsito de gas ruso, que comenzará a
partir de mañana con la no renovación del contrato.
La UE sostiene desde hace tiempo que los Estados miembros
que aún importan gas ruso por la ruta ucraniana -sobre todo
Austria y Eslovaquia- pueden arreglárselas sin estos
suministros. Por ello, la Comisión no entablará negociaciones
para mantener abierta la ruta.
Después de todo, según la Comisión, los Estados miembros han
podido reducir su demanda de gas en un 18% desde agosto de 2022
en comparación con la media de los últimos cinco años. Estados
Unidos crearía nueva capacidad de GNL en los próximos dos años y
estos suministros podrían ayudar a la UE a hacer frente a
cualquier interrupción.
La situación es más un símbolo del final del dominio
ruso sobre el suministro energético a Europa que un problema
para el viejo continente. Ya en 2023 esa ruta apenas supuso el
paso de 15.000 millones de metros cúbicos (bcm) un 8% de lo que
suponía antes de la guerra y lejos del 35% que llegó a transitar
en los mejores momentos de la relación entre ambas potencias.
(ANSA).