Por Enrica Battifoglia
(ANSA) - ROMA 29 DIC - La nueva carrera hacia la Luna y las
terapias con células madre en nombre de la medicina regenerativa
se encuentran entre las principales promesas de la ciencia para
2025, junto con nuevos pasos hacia la energía de fusión que
imita los procesos que tienen lugar en el corazón de las
estrellas y de las grandes expectativas de la inteligencia
artificial y las computadoras cuánticas.
"Sentaremos las bases para la exploración humana de la Luna
y Marte", escribe la NASA en X, refiriéndose al programa Artemis
que, a pesar de retrasos, pretende llevar astronautas a la Luna
de aquí a 2026.
Participan numerosos socios, incluidas empresas y agencias
espaciales nacionales, además de los 52 países que han firmado
los Acuerdos Artemis que definen las reglas para el futuro de la
exploración espacial.
Sin embargo, las próximas misiones que tocarán el suelo
lunar serán módulos de aterrizaje construidos por empresas
privadas, como la japonesa iSpace y la texana Intuitive
Machines.
El estudio del viento solar será tarea de las misiones
Smile, de la Agencia Espacial Europea y la Academia China de
Ciencias, y de la NASA Punch, mientras que la misión Spherex
(Nasa) tendrá como objetivo obtener un mapa del cielo con datos
de más de 450 millones de galaxias.
También se esperan para 2025 los primeros datos técnicos
sobre el telescopio Einstein, el futuro cazador de ondas
gravitacionales que Italia ha solicitado albergar en Cerdeña y
que los Países Bajos quisieran en la región de Euregio Mosa-Rin.
El observatorio Vera Rubin en Chile debería finalmente
entrar en funcionamiento, esperado por los astrónomos de todo el
mundo por los datos que puede proporcionar sobre los fenómenos
más esquivos del universo, como la energía oscura, la materia
oscura y el enigmático planeta Nueve.
La física de partículas, en cambio, está a la espera de que
entre en funcionamiento la Fuente Europea de Espalación en
Suecia, el nuevo acelerador europeo con mucha tecnología
italiana, candidato a convertirse en la fuente de neutrones más
potente del mundo y a realizar un importante contribución al
descubrimiento de nuevos materiales.
También se esperan avances en la energía de fusión, que en
2024 batirá dos récords importantes gracias al reactor
experimental europeo Jet y al surcoreano KStar.
En Europa, la industria también promete dar un gran impulso
a este sector, que en 2024 se organizará en la Asociación
Europea de Fusión en la convicción de que esta nueva energía
limpia no es sólo la clave para lograr la independencia
energética, sino uno de los motores de la economía europea.
Habiendo demostrado lo importante que puede ser una
herramienta para la investigación, la inteligencia artificial
seguirá su camino contribuyendo a análisis biológicos,
diagnósticos, predicciones meteorológicas más precisas y modelos
más precisos del cambio climático.
Competirán por ser el centro de atención, con ordenadores
más potentes y comunicaciones más eficientes y seguras,
probablemente las tecnologías cuánticas, a las que las Naciones
Unidas han decidido dedicar el año 2025.
"Precisión" es también la palabra clave de la medicina en
2025, gracias a bases de datos genéticas cada vez más ricas y
algoritmos cada vez más entrenados. La medicina regenerativa
también avanza rápidamente: hay al menos un centenar de ensayos
de terapias basadas en células madre, algunas de ellas contra
los tumores, la diabetes y el Parkinson.
Las principales expectativas para la neurociencia se
refieren a las posibles secuelas de los experimentos con chips
implantables iniciados en 2024 en muchos centros, incluido el de
Neuralink de Elon Musk, y en 2025 China planea comenzar a probar
nuevas interfaces cerebro-computadora. (ANSA).