(ANSA) - PARMA, 28 DIC - Un gol del argentino Lautaro Rodrigo
Valenti en el séptimo minuto adicionado le permitió a Parma
cantar victoria después de tres derrotas en fila y doblegar por
2-1 a Monza, que en el estreno de Salvatore Bocchetti como
entrenador se despidió con las manos vacías del estadio Ennio
Tardini a pesar de que mereció llevarse algo más.
El cabezazo de Valenti bastó para evitar lo que se anunciaba
como un "incendio" en ese escenario por el nerviosismo de los
fanáticos de Parma, que al final del primer tiempo despidieron
con silbidos al equipo de Fabio Pecchia, que lejos estuvo en ese
período de dar una muestra de carácter como ellos mismos le
habían exigido en la previa de este duelo.
Pero Parma, que reaccionó en el complemento, se puso en ventaja
con un gol de penal convertido por el brasileño Hernani a los
56' y terminó abrazándose a una victoria impostergable con el
último suspiro y el tanto de Valenti, ex jugador de Lanús,
cuando la historia del partido parecía sentenciada.
Monza, al que le anularon tres goles a instancias del VAR, había
logrado empatar a los 85' con un tanto del portugués Pedro
Pereira, pero se quedó sin nada y tras sufrir su décima derrota
en el torneo, en el que ganó apenas uno de los 18 partidos
disputados, se hunde cada vez más en el fondo de la tabla con
sólo 10 unidades cosechadas.
Mal comienzo de la era Bocchetti, reemplazante del despedido
Alessandro Nesta que tuvo poco tiempo para preparar este duelo
entre dos equipos que pelean por la permanencia y en su
presentación entre semana advertía que Monza tenía por delante
"21 finales", aludiendo a los partidos que le quedan por jugar
para soñar con mantener la categoría.
La primera la perdió con Parma, que volvió a sonreír y se aleja
de la zona roja, en un partido en el que el visitante jugó desde
los 54' con un hombre menos por la expulsión del español Pablo
Marí por doble amonestación, tras una falta en el área que
derivó en el primer gol del duelo desde los 12 pasos.
Monza pagó demasiado caros sus errores en una fecha a la que
llegó con muchas bajas en el plantel, aunque también Parma
intentó disimular las suyas, sin mucho éxito sobre todo en el
primer período, en el que al visitante le faltó acertar en la
puntada final, como le sucedió a Daniel Maldini al fallar frente
al arco cuando se jugaban apenas dos minutos.
Un minuto más tarde, el hijo de Paolo y nieto de Cesare volvió a
malograr otra ocasión clara para Monza con un remate en el
travesaño y luego en el rebote, que conectó con el taco y que
Valenti despejó sobre la línea evitando la caída de su valla en
un inicio de partido en el que todo era confusión en la zaga de
Parma.
Por eso no extrañó que Patrick Ciurria abriera el marcador para
los visitantes, aunque la conquista terminó siendo invalidada
porque la pelota había superado los límites del campo cuando
Gianluca Caprari lo asistió y el árbitro Federico La Penna
volvió sobre sus pasos tras consultar al VAR.
No sería la única, pues a los 9' volvería a anular un gol
convertido por Maldini tras una habilitación de Caprari por
posición adelantada, situación que pareció despertar de su
letargo a Parma, que respondió poco después con un remate del
rumano Valentin Mihaila que alcanzó a despejar con dificultad
Stefano Turati.
Su colega estadounidense nacionalizado japonés Zion Suzuki tenía
bastante más trabajo y en más de una ocasión debió jugar como
último zaguero para despejar el peligro ante las arremetidas de
un Monza más decidido que volvió a llegar con peligro con un
remate cruzado de Caprari a los 20'.
La última del primer capítulo la desperdició Samuele Birindelli,
quien en lugar de asistir a Maldini cuando se encontraba libre
de marcas optó por un remate a las manos del arquero,
impidiéndole a Monza irse en ventaja al descanso, rumbo al cual
marcharon los jugadores de Parma en medios de los silbidos de
desaprobación de su público.
Las modificaciones ensayadas por Pecchi en el arranque del
complemento, con los ingresos del francés Ange-Yoan Bonny y de
Emanuele Valeri por Matteo Cancellieri y el belga Mandela Keita
parecieron revitalizar a Parma, que se puso en ventaja tras la
falta que Marí le cometió al francés Woyo Coulibaly y que
decretó su expulsión y el penal convertido por Hernani.
Bocchetti mandó al ruedo a Milan Djuric y el bosnio respondió la
confianza de inmediato al convertir de cabeza el empate, aunque
estaba en posición adelantada y Monza veía así como se le
escurría de las manos un nuevo gol anulado y el partido, que con
un hombre menos se le hizo cuesta arriba.
Parma defendió la ventaja cerrándose en su campo y de
contragolpe pudo aumentarla cuando Birindelli pareció cometerle
falta al ingresado marfileño Drissa Camara, aunque esta vez el
VAR jugó en favor del visitante al advertirle a La Penna que no
había sido tal, obligándolo a retrotraer su decisión inicial al
señalar penal en favor del local.
Monza, contra todo pronóstico, llegaría al empate por intermedio
de dos ingresados: Kevin Martins, quien envió el centro que
Pereira trocó por gol a los 85' para sorpresa de propios y
extraños, aunque quedaría tiempo para más y en el séptimo minuto
adicionado irrumpiría nuevamente en escena Valenti para
sentenciar el pleito.
Al final celebró Parma un premio que no merecía y sufrió Monza,
que lleva nueve fechas sin cantar victoria (la última y única
fue el 21 de octubre frente a Hellas Verona) y necesita
enderezar el rumbo para mantener sus ilusiones de seguir en la
máxima categoría, con un nuevo entrenador que ahora contará con
algo más de tiempo para trabajar de cara al próximo compromiso.
(ANSA).