(ANSA) - NUEVA YORK 28 DIC - Golpeado por tres guardias de la
prisión y murió al día siguiente en el hospital. Un impactante
video de un incidente en una prisión del estado de Nueva York a
principios de diciembre ha generado controversia sobre el uso de
la fuerza por parte de la policía.
El recluso Robert Brooks, de 43 años, había llegado a la
prisión de Marcy el 9 de diciembre, el día de la paliza, desde
la prisión de Mohawk para terminar su condena de 12 años por
apuñalar repetidamente a su novia.
Los motivos que llevaron a los guardias de la prisión a
golpearlo mientras estaba esposado aún no están claros: el vídeo
sin audio no arroja luz sobre los motivos de la paliza. Pero ya
se ha iniciado una investigación, mientras que la gobernadora de
Nueva York, Kathy Hochul, ha pedido el despido de los tres
guardias implicados y de las otras diez personas, incluidas dos
enfermeras, que presenciaron la paliza sin intervenir.
El video muestra a los oficiales golpeando repetidamente a
Brooks en la cara y la ingle mientras está sentado esposado en
una camilla en la enfermería.
En un momento dado, uno de los guardias intenta introducirle
algo en la boca, mientras un oficial superior le da un puñetazo
en el estómago. Posteriormente Brooks recibe un puñetazo en el
pecho.
Las imágenes de la cámara corporal muestran el rostro del
recluso cubierto de sangre, aturdido por el ataque. El hombre no
parece resistirse ni amenazar a la policía. Después de ser
golpeado durante más de diez minutos, Brooks fue trasladado a un
hospital cercano donde fue declarado muerto el 10 de diciembre
por "asfixia debido a la compresión del cuello".
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, publicó el
video y anunció una investigación completa del incidente. "Tengo
la responsabilidad y el deber de brindar transparencia a la
familia Brooks y a todos", explicó James.
La investigación estará dirigida por Ryan Paparella, un ex
funcionario de prisiones, quien dijo que actualmente no hay un
motivo claro para el ataque. "Brooks fue brutalmente golpeado
por un grupo de oficiales cuyo trabajo era mantenerlo a salvo.
Merecía vivir, y todos los que viven en el Centro Correccional
Marcy merecen saber que no tienen que vivir con miedo a la
violencia a manos de los funcionarios penitenciarios", observó
Elizabeth Mazur, abogada de la familia del recluso fallecido.
El grupo de derechos civiles New York Civil Liberties señala
que "la paliza fatal que recibió Brooks no es un incidente
aislado. Más bien, pone de relieve una cultura de violencia y de
falta de responsabilidad por las malas acciones de los
funcionarios penitenciarios". (ANSA).