Por Laurence Figá-Talamanca
(ANSA) - ROMA, 27 DIC - Desde hace ocho días, la periodista
italiana Cecilia Sala se encuentra en una celda de la
tristemente célebre prisión de Evin, en Teherán, en aislamiento
pero afortunadamente "en buen estado de salud".
La detención en Irán de la periodista del podcast Chora
Media y del periódico de Roma Il Foglio se conoció este viernes,
cuando el secreto ya no era sostenible, con familiares y colegas
cada vez más preocupados y el gobierno de Italia que, desde el
Palazzo Chigi hasta la Farnesina (cancillería), está "trabajando
para traerla de regreso a Italia lo antes posible".
Fueron sus colegas quienes contaron la situación, una vez
que la historia salió a la luz: "Cecilia había salido de Roma
rumbo a Irán el 12 de diciembre con un visado periodístico
regular. Había realizado una serie de entrevistas y creado tres
episodios de sus Historias", explica una nota de Chora News, la
plataforma de podcasts muy seguida y dirigida por Mario
Calabresi. La periodista "debía regresar a Roma el 20 de
diciembre, pero la mañana del 19, después de un intercambio de
mensajes, su teléfono se quedó en silencio", contaron los
colegas.
Un silencio que alarma a la redacción: Cecilia Sala
siempre ha sido puntual en su trabajo, "incluso en el frente
ucraniano en los momentos más difíciles", explican sus colegas
que, junto con su compañero, el periodista del Post Daniele
Raineri, decidieron alertar la Unidad de Crisis del ministerio
de Relaciones Exteriores de Italia.
Ninguno de sus contactos en Irán sabe dónde terminó y al
día siguiente Sala no estaba entre los pasajeros del vuelo que
supuestamente la llevaría de regreso a Italia. "A las pocas
horas su teléfono volvió a encenderse" y Cecilia pudo hacer dos
llamadas telefónicas, una a su madre y otra a su pareja. "Dijo
que estaba bien y que no estaba herida. Es posible que haya
tenido que leer un texto escrito, porque utilizó algunas
expresiones que no suenan naturales en italiano, sino que
parecen más bien una traducción del inglés", dijeron sus
compañeros.
El jueves la periodista pudo hacer una nueva llamada
telefónica a sus padres, y solo 8 días después de la detención
pudo recibir hoy la visita de la embajadora de Italia en
Teherán, Paola Amadei, quien le llevó ropa, comida y libros.
Estuvo con ella media hora encontrándola, considerando todo, en
buen estado de salud.
Aún no se sabe nada sobre el motivo de su detención ni
sobre los cargos que se le imputan, explicó el ministro Antonio
Tajani, aunque pidió que el caso se mantenga confidencial para
no obstaculizar los contactos diplomáticos. "No tenemos más
noticias, lo veremos en los próximos días. Ahora lo importante
es que ella está bien, está detenida en una situación tranquila,
sola en una celda", añadió. "No podemos decir nada más, pero
estamos trabajando muy intensamente", aseguró el jefe de la
diplomacia italiana.
Antes de ser arrestada, Sala, apasionada experta en Irán,
había contado en su podcast historias sobre el patriarcado en el
país y sobre la comediante iraní Zeinab Musavi, arrestada por el
régimen por unos sketches de uno de sus personajes.
También había hablado con Hossein Kanaani, uno de los
fundadores de la Guardia Revolucionaria que durante casi medio
siglo había ayudado a crear la extensa red de milicias
pro-iraníes que operaban en todo Medio Oriente.
Cecilia Sala "estaba en Irán para hacer su trabajo con el
escrúpulo, el cuidado, la pasión y la profesionalidad que todos
reconocen en ella", subraya Chora Media. "Su voz libre ha sido
silenciada, Italia y Europa no pueden tolerar esta detención
arbitraria. Cecilia Sala debe ser liberada inmediatamente", es
el llamamiento de sus colegas y amigos.
El asunto ha provocado la indignación y la solidaridad de
los políticos, las ONG de derechos humanos y el mundo del
periodismo, no solo el italiano. #FreeCecilia es el hashtag que
ya está circulando en la web. (ANSA).