Por Silvia Gasparetto
(ANSA) - ROMA, 27 DIC - Ahora es el momento de mantener los
"nervios tranquilos" y el "tono bajo". Porque solo con la máxima
confidencialidad, que el Gobierno de Italia pide también a los
partidos de la oposición directamente informados, se podrá
alcanzar "el objetivo de traer a la periodista Cecilia Sala de
vuelta a casa lo antes posible y en las mejores condiciones".
Son horas agitadas en el Palazzo Chigi en un día
semi-festivo. La detención de la periodista italiana, recluido
en régimen de aislamiento desde el 19 de diciembre en la prisión
de Evin, en el norte de Teherán, es el centro de una reunión a
primera hora de la mañana, en la que también estuvieron
presentes los altos mandos de los servicios de inteligencia,
para hacer balance de la situación.
La noticia, que permaneció cubierta durante ocho días, ya
está circulando y por ello se ha tomado la decisión de difundir
una nota formal de la Farnesina, la cancillería italiana.
Poco antes de hacer pública la información, Alfredo
Mantovano - el subsecretario de la presidencia a quien Giorgia
Meloni, a pesar de permanecer "constantemente informada, desde
el primer momento", confió el expediente - junto con el
cancilller Antonio Tajani llama a Elly Schlein, Giuseppe Conte y
los demás líderes opositores para advertirles. Y también les
pide que mantengan un perfil bajo, en el esfuerzo común por
obtener la liberación de la reportera del Chora Media, un
podcast, y del diario Il Foglio, con sede en Roma.
Se necesita un tono "moderado", explican en los altos
niveles del gobierno, para que las conversaciones con las
autoridades iraníes sean "lo menos complejas" posible. En la
Cámara del Palacio Madama, donde los senadores están llamados a
dar luz verde definitiva a la maniobra, se suceden
intervenciones moderadas, con todos los grupos expresando su
cercanía a la familia de Sala y pidiendo al ejecutivo que "actúe
rápidamente".
La noticia distrae a la multitud reunida en la sala
Garibaldi de las hazañas del senador de la FdI (Hermanos de
Italia, el partido de Meloni), Guido Liris, que anuncia su
dimisión como ponente de la Ley de Presupuesto.
Y en las discusiones surge el temor de que la detención
de la periodista pueda estar de alguna manera relacionada con la
detención de un ciudadano iraní en el aeropuerto de Malpensa,
Milán, y en espera de ser extraditado a Estados Unidos. Una
conexión que, según la preocupación generalizada entre los
parlamentarios, complicaría la situación.
Nadie en el gobierno está desequilibrado en este punto.
Sin embargo, la visita a la prisión iraní de la embajadora
italiana Paola Amedei se considera una señal positiva, al igual
que la posibilidad dada a la periodista de telefonear a su
familia. Por el momento, sin embargo, aún no se conocen los
"cargos" que llevaron a la detención.
Queda "mucho trabajo por hacer", confía el Poder
Ejecutivo. El gobierno "está trabajando con la máxima discreción
para intentar traerla a casa", afirmó el ministro de Asuntos
Exteriores, Antonio Tajani, mientras su colega de Defensa, Guido
Crosetto, asegura que se seguirán "todos los caminos". Pero es
necesaria la "máxima confidencialidad", se repitió una y otra
vez desde el Palacio Chigi, donde algunos acogieron como notas
falsas algunas declaraciones del PD (Partido Demócrata) y del
M5S (Movimiento 5 Estrellas), incluidas las peticiones al
gobierno de que informe. "Politizar" el asunto, según el
razonamiento, solo correría el riesgo de "poner a Sala en
peligro".
Además, la información dada a los parlamentarios del
oficialismo fue precisamente la de no mencionar el régimen del
ayatolá, también para no subir el tono durante unas
negociaciones muy delicadas. "Seguimos el caso de cerca y con
gran aprensión. Pedimos inmediatamente al Gobierno, con el que
ya estamos en contacto, que ponga en práctica todas las
iniciativas", indica el mensaje del secretario demócrata,
mientras que el líder del M5S dice estar "seguro de que la
diplomacia está trabajando sin descanso". Y "el máximo apoyo a
los esfuerzos del Gobierno" proviene del ex primer ministro y
líder de Italia Viva, Matteo Renzi, mientras que Carlo Calenda
expresó la cercanía de Azione a la familia y sugirió "sopesar
cada iniciativa para que no obstaculice su pronta liberación".
"Que pueda volver a casa lo antes posible" es también la
esperanza de Nicola Fratoianni, mientras que su colega de AVS
(Verdes y Socialistas), Angelo Bonelli, subraya que es "crucial
proteger sus derechos". (ANSA).