Por Anna Lisa Rapaná
(ANSA) - ROMA, 26 DIC - "Queremos concluir la guerra, no
congelarla". Faltan pocos días para el comienzo de 2025 que
introducirá enseguida diferentes novedades en el plano político
internacional a partir, obviamente, del retorno de Donald Trump
a la Casa Blanca, pero es Vladimir Putin que, en estas horas,
parece querer dictar la línea para el nuevo año, y desentrañar
uno de los nudos que restán aún intrincados: el del conflicto
bélico con Ucrania y su efecto perturbador desde que el propio
presidente ruso anunció, en febrero de 2022, su "operación
militar especial" invadiendo el país vecino.
Casi tres años y decenas de miles de muertes después, el
presidente ruso dijo que Moscú ahora quiere poner fin al
conflicto, no sólo congelarlo. Superando así, en palabras, el
notorio plan de Donald Trump que parece apuntar precisamente a
esto.
Y para poner fin a la guerra, Putin propone también un lugar
físico para negociar: Eslovaquia, encabezada por el primer
ministro Robert Fico, que estos últimos días se reunió con el
presidente ruso en el Kremlin a pesar del coro de críticas y
dudas expresadas por varios países, entre ellos los socios de la
UE, ofreciéndose a hospedar las conversaciones. Opción, explicó
Putin en respuesta a los periodistas, que es del agrado de
Moscú.
Esto está bien para Moscú porque hoy mira la frontera desde
una posición de fuerza, la misma que permite al Kremlin no
responder a las reacciones de indignación ante el ataque lanzado
contra Ucrania en las primeras horas de la mañana de Navidad:
más de 170 misiles y drones, un muerto y daños a la
infraestructura eléctrica que corren el riesgo de perjudicar
gravemente a la población civil ucraniana en las semanas más
frías del año.
Para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue un acto
"escandaloso". Por ello hizo saber que había pedido acelerar la
entrega de armas desde Washington a Kiev en estos últimos días
de su presidencia
Putin, sin embargo, insiste y afirma que entre las
resoluciones para 2025 figura
completar "todos los objetivos de la operación militar especial"
y así lograr "el éxito en la línea del frente". Luego la
advertencia: "Siempre respondemos de la misma manera. Ellos usan
ciertas armas contra nosotros, nosotros usamos las mismas",
advirtió, y subrayó además que estaba dispuesto a utilizar
nuevamente el súper misil Oreshnik "si fuese necesario".
En las últimas horas, el presidente ucraniano, Volodimir
Zelensky, había asegurado que "Ucrania está haciendo todo lo
posible para que 2025 se convierta en un año de paz justa y
duradera para nuestro país y para el mundo entero". Y las
confesiones de las últimas semanas sobre las dificultades en el
frente y, principalmente, acerca del hecho de que a nivel
militar ahora debemos renunciar a recuperar Donbás y Crimea,
abren la ventana para un intento más sustancial de llevar a las
partes de nuevo a lo que podría colarse una mesa de
negociaciones.
Las palabras de Putin fueron precedidas, entre otros, por
las de su canciller Serguei Lavrov: "Un cese del fuego en
Ucrania en este punto no llevaría a nada, mientras son
necesarios pactos confiables", puntualizó el jefe de la
diplomacia rusa, flexible sobre un diálogo con la inminente
administración Trump.
""Si las señales que vienen del nuevo equipo de Washington
para restablecer el diálogo interrumpido por EEUU. tras el
inicio de la operación militar especial son serias, obviamente
responderemos a ellas. El diálogo fue interrumpidos por los
norteamericanos, por lo que deberían dar el primer paso". Pero
con una condición: la esperanza de que la nueva Casa Blanca
"comprenda las razones que llevaron a la guerra en Ucrania",
confió Lavrov. (ANSA).