(ANSA) - BELEN 24 DIC - El Patriarca Latino de Jerusalén,
cardenal Pierbattista Pizzaballa, la máxima autoridad católica
en Tierra Santa, realizó hoy su entrada solemne a Belén, donde
esta noche celebrará la misa de Nochebuena.
En el escenario, desde donde pronunció un discurso de saludo
a los fieles, había un gran cartel que representaba a una mujer
con una keffiyeh y a un niño, con las palabras "Detengan ahora
el genicidio en Gaza", en inglés y árabe.
Acompañó al Patriarca el vicario de la Custodia de Tierra
Santa, el padre Ibrahim Faltas.
La Plaza del Pesebre, donde se encuentra la Basílica de la
Natividad, estaba especialmente concurrida, a pesar de la
ausencia de peregrinos. Las imágenes fueron difundidas por
Christian Media Center.
En una entrevista que concedió al diario italiano La Stampa,
el cardenal Pizzaballa dijo que "en Gaza todo está destruido, la
situación es muy grave, pero todavía hay algunos signos de
esperanza, de vida".
El patriarca, único representante extranjero que ha
realizado dos visitas a Gaza, evita las polémicas generadas por
las declaraciones del Papa respecto a una supuesta negativa,
luego desmentida por las autoridades israelíes, de permitir su
entrada a Gaza.
"Al final, yo entré, estos son los hechos. Entrar a Gaza
nunca es sencillo, hay muchas cuestiones de protocolo, de
seguridad y demás - relata -. Es importante centrarse en los
hechos. Entré y quiero agradecer a quienes me ayudaron. Hubo
problemas, obstáculos, pero también personas que luego ayudaron
a resolverlos, y eso es lo que cuenta".
El Papa "siempre ha sido muy claro. Tal vez no estamos
acostumbrados a un Papa que no utiliza muchas matices. Ha pedido
el fin de la guerra, de esta como de todas las demás, y ha
solicitado la liberación de los rehenes - prosigue -. Lo ha
dicho muchas veces. Y también ha condenado de manera clara la
reacción considerada desproporcionada".
"Esta guerra, añade, como todas las guerras, es muy cruel y
ha tenido y tiene un impacto muy fuerte en todo y en toda la
población". "Es evidente que nosotros, como Iglesia, tratamos de
ayudar lo más posible, pero sin un cambio en la perspectiva
política será muy difícil tener una influencia determinante en
el sentimiento de la población", concluye. (ANSA).