(ANSA) - MILAN, 23 NOV - "¨Por qué no me habré quedado en
Turín?", pensará algún fanático de Juventus que, en lugar de
asistir al partido de rugby entre Italia y Nueva Zelanda en esa
ciudad, optó por seguir al club de sus amores que frente al
Milan protagonizó un aburridísimo empate sin goles en San Siro
que no le sirve a ninguno de los dos equipos.
Tan malo fue el partido, uno de los adelantos de la
decimotercera fecha que se abrió con la goleada por 5-0 de Inter
en campo de Hellas Verona y reanudó el campeonato tras el receso
por la doble fecha FIFA, que los más de 75 mil espectadores que
concurrieron al Giuseppe Meazza despidieron con silbidos a los
equipos cuando el árbitro Daniele Chiffi se apiadó de los
presentes y pitó el final.
Incluso los fanáticos "rossoneri" repudiaron a sus jugadores
cuando estos se acercaron hasta la Curva Sur a saludarlos y los
cubrieron con una rechifla que atronó en las gradas y resumió
las sensaciones al final de un choque que prometía muchísimo más
de lo que ofreció y en el que las emociones faltaron a la cita.
Lento y aburrido, con escasas llegadas sobre los arcos, resultó
este Milan-Juventus que pocos recordarán y en el que los dos
estaban obligados a ganar para no perder el tren en la lucha por
el "scudetto", aunque el punto parezca servirle más a los de
Turín, que con 25 igualaron la línea de Atalanta (que jugaba más
tarde con Parma), Fiorentina y Lazio, también con un partido
menos.
A tres quedó ahora Inter, que con su goleada en el arranque de
la jornada escaló a la cima que ocupa con 28 unidades, una más
que el hasta hoy líder Napoli, local mañana en el Estadio Diego
Maradona de una Roma en la que iniciará su tercer ciclo el
veterano entrenador Claudio Ranieri, reemplazante del croata
Ivan Juric.
Mucho más atrás marcha Milan, a seis puntos de su rival de turno
que lo precede en la tabla y uno por delante de un Bologna que
podría desplazarlo si mañana derrota a Lazio en el Olímpico,
pero a nueve de la punta que ve cada vez más lejos el equipo
entrenado por el portugués Paulo Fonseca,
capaz de derrotar a Real Madrid a domicilio en la Champions,
pero que hoy decepcionó como local.
Ya advertía Fonseca en la previa de las dificultades que
deparaba enfrentar a una defensa como la de Juventus, la más
efectiva del campeonato con solo siete goles recibidos, pero que
al igual que Milan, que celebró 20 en este torneo y permitió 14,
convirtió 21 tantos que lejos están de las delanteras más
eficientes del torneo (Inter y Atalanta, con 31).
Quizás allí haya que buscar la explicación de semejante fiasco
en San Siro como el de esta tarde, aunque en desmedro del equipo
del ítalo-brasileño Thiago Motta también jugaron las ausencias
del serbio Dusan Vlahovic y del argentino Nicolás González,
ambos lesionados, que no pudo disimular el estadounidense Weston
McKennie, que formó dupla ofensiva con el turco Kenan Yildiz.
En Milan faltó su compatriota Christian Pulisic, al menos en el
inicio del duelo, pues Fonseca lo relegó al banco de suplentes y
lo mandó al ruedo a los 70' de juego intentando romper con la
inercia de un partido en el que ni el portugués Rafael Leao, ni
el español Alvaro Morata, presentes desde el primer al último
minuto, tampoco pudieron hacerlo.
A Leao, a quien siempre se le exige algo más, ni siquiera
pareció incentivarlo su ex colega y actual directivo de Milan,
el sueco Zlatan Ibrahimovic, quien hoy mismo aseguraba sentirse
"orgulloso" del delantero portugués, "un jugador capaz de marcar
diferencias y uno de los mejores del mundo". (ANSA).