por Fausto Gasparroni
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO 23 NOV - El último viaje
apostólico del Papa Francisco en 2024 será a Francia, pero no a
París, donde los líderes de la Iglesia y de la política de los
Alpes lo habrían querido para la reapertura de la catedral de
Notre Dame tras el desastroso incendio de abril de hace cinco
años. En cambio, el Pontífice estará el domingo 15 de diciembre
en la Córcega más periférica, en Ajaccio, para participar en un
congreso sobre la religiosidad popular en el Mediterráneo, según
confirmó oficialmente hoy el director de la Oficina de Prensa de
la Santa Sede, Matteo Bruni.
Francisco será el primer Papa que visita Córcega y, a pesar
de los roces de la víspera, también se verá con el presidente
Emmanuel Macron, con quien se reunirá a las 17.30 horas en el
aeropuerto de Ajaccio, antes de partir hacia Roma.
El programa de la visita incluye la salida en avión desde
Roma a las 7.45 y la llegada a la capital corsa a las 9.00
horas. A las 10.15, discurso del Papa en la sesión final del
Congreso "La religiosité populaire en Méditerranée" en el
Palacio de Congresos y Exposiciones de Ajaccio. A las 11.20
horas se rezará el Angelus con los obispos, sacerdotes,
diáconos, consagrados y seminaristas en la catedral de Santa
María Asunta, mientras que por la tarde, a las 15.30 horas,
Francisco presidirá la misa en la plaza de Austerlitz" ( "U
Casone"), antes de la reunión con Macron y el despegue hacia
Roma a las 18.15 horas.
Las expectativas sobre la visita a Córcega han provocado
"fricciones" en Francia, como tituló Le Monde hace un par de
semanas, ya que el Papa ha renunciado a viajar a París para la
reapertura de Notre-Dame. Y si para la isla la llegada de un
Papa por primera vez tiene un significado histórico y genera
entusiasmo, en París hay quienes hacen la vista gorda.
Según fuentes del entorno de Macron, el propio presidente se
lo habría tomado a mal. Y también habría hablado de ello por
teléfono con el obispo de Ajaccio, el cardenal Fran‡ois-Xavier
Bustillo. Lo que provocó la decepción del presidente fue
precisamente el hecho de que Francisco prefirió el evento de
Ajaccio a la ceremonia en Notre-Dame, que finalmente reabrirá
sus puertas los días 7 y 8 de diciembre. Un resultado que
también debe mucho al compromiso del propio Macron, que
inmediatamente después del incendio prometió devolver la
catedral en 5 años.
En las mismas fechas, sin embargo, el Papa celebró un
consistorio en el Vaticano para la creación de nuevos
cardenales, además del tradicional acto de veneración de la
Inmaculada Concepción en la Piazza di Spagna, en Roma. Además,
sabemos también hasta qué punto Bergoglio prefiere las
"periferias" a situaciones que ya gozan de visibilidad y de gran
solemnidad.
"Un bonito regalo de Navidad", dice el Cardenal Bustillo,
que con motivo de la llegada del Papa habla de "un congreso
sobre las tradiciones religiosas populares en el Mediterráneo
por lo que también habrá obispos de Sicilia, Cerdeña, España y
Francia".
El cardenal define la isla como "un laboratorio de paz".
"Vemos que también aquí en el Mediterráneo hay muchas guerras,
por eso podemos transmitir una vida fraterna a través de
nuestras tradiciones - añade -. Por eso queremos que las
autoridades civiles y eclesiásticas puedan dialogar". (ANSA).