(ANSA) - SANTIAGO DEL CHILE, 23 LUG - La decisión del
gobierno chileno de Gabriel Boric de construir una nueva prisión
de máxima seguridad en el centro de la capital, Santiago, como
parte de las medidas extraordinarias para frenar la ola de
violencia criminal en el país, desató polémicas dentro de la
misma mayoría que apoya al Ejecutivo.
"En Santiago no estamos dispuestos a convertirnos en una
zona de sacrificio para la delincuencia y el crimen organizado.
La presencia de la prisión implica una gran amenaza para la
Región Metropolitana y su capital", afirmó el alcalde, Iraci
Hassler, del Partido Comunista y aliado del progresista Boric.
También protestan los habitantes de la zona donde se
construirá la nueva penitenciaría, un área adyacente a la que ya
se encuentra la cárcel común llamada 'Santiago 1' y donde
también se encuentra el moderno Centro de Justicia, sede de los
tribunales penales de la capital.
El municipio dirigido por Hassler había pedido a principios
de 2023 poder incluir el área asignada por el gobierno para la
nueva prisión en el Plan de Emergencia de Vivienda para la
construcción de viviendas populares.
"Queremos ser escuchados, llevamos años luchando por una
casa", declaró al portal BioBio, Valeria Bustos, de la
asociación '"Vivienda Santiago Centro".
En respuesta al aumento de los asesinatos en Chile la semana
pasada, con dos masacres que causaron la muerte de 12 personas y
conmocionaron a la opinión pública, el Presidente Boric anunció
la semana pasada nuevas medidas para combatir la expansión del
crimen organizado.
Entre ellas figuran la creación de un nuevo grupo de trabajo
policial que se desplegará en la región metropolitana de
Santiago de Chile, donde se concentraron los principales
incidentes de violencia de los últimos días, y la creación de
una nueva cárcel de máxima seguridad con capacidad para 500
presos. (ANSA).