Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 15 LUG - Los jueces mexicanos han
comenzado a salir a las calles y a mostrar su "músculo", en una
operación aparentemente bien coordinada, para resistir la
reforma constitucional en curso del presidente Andrés Manuel
López Obrador que busca hacer cambios radicales en la
designación de los miembros del Poder Judicial.
Tras las elecciones del 2 de julio, en los que el
gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena,
centroizquierda) ganó la presidencia y la mayoría calificada
(dos tercios) del Congreso, aunque todavía falta la validación
del Tribunal Federal Electoral, López Obrador anunció que haría
realidad su sueño de elegir por voto popular a los jueces.
Los encargados de la justicia a todos los niveles tendrán
que someterse al veredicto de las urnas una vez que la
iniciativa sea sancionada en el nuevo poder legislativo, que
comienza a sesionar el 1 de septiembre, pero aún no hay una
certeza absoluta de si les alcanzará el tiempo para un cambio
del tamaño que desea el mandatario.
La razón es que López Obrador deberá dejar el poder el 1
de octubre y su sucesora, Claudia Sheinbaum, a la que impulsó
para que siguiera su legado, parece no ser partidaria de una
reforma de gran envergadura, sino quizá de menor alcance.
Por ejemplo, está por verse si los actuales jueces
(incluidos los magistrados de la Suprema Corte) podrán ser
habilitados como futuros candidatos o si contará la carrera
judicial para poder aspirar a ese puesto.
Entre otras cosas, el proyecto prevé que los jueces del
Tribunal Supremo sean designados mediante votación popular, a
partir de julio del año próximo, para designar más de 1.600
puestos en la magistratura.
El plan incluye también retirar la pensión vitalicia a
los "ministros" (miembros de la Suprema Corte), reducir su
número de 11 a 9, y sustituir el actual Consejo de la Judicatura
Nacional por un Tribunal de Disciplina Judicial.
Como sea, los jueces se manifestaron el viernes frente al
Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la Cámara de
Diputados, donde anunciaron que se preparan para "la madre de
todas las batallas" a fin de enfrentar esta ofensiva, mediante
una estrategia judicial que prevé combatir la
"sobrerrepresentación" de Morena en el Congreso.
Eso significa que si la cláusula que le añade más bancas
de las conquistadas (8%) al partido ganador (que no está claro
si se aplica cuando participa en una coalición) en una elección
no se aplicara, Morena no obtendría los dos tercios que requiere
para reformar la Constitución.
El magistrado Mauricio Barajas, del Segundo Tribunal
Colegiado en Materia del Trabajo, señaló que en el plan de
defensa contra las reformas figura también "acudir a los órganos
internacionales de protección de los derechos humanos" e
impugnar la reforma al poder judicial que prevé "la captura,
cooptación y sometimiento de un poder soberano".
En la protesta participaron las seis principales
asociaciones que agrupan a actuarios, secretarios, jueces y
magistrados del Poder Judicial, quienes señalaron que los foros
actuales de discusión sobre la reforma "son una estrategia para
dilatar las protestas".
"No necesitamos las urnas para hacer nuestro trabajo y no
somos políticos" por lo que "rechazamos cualquier invitación de
compartir el poder político. Juzgar exige capacidad,
independencia y autonomía", indicaron en un pronunciamiento dado
a conocer la protesta. (ANSA).