(ANSA) - WASHINGTON, 14 LUG - Ni siquiera hay tiempo para
recuperarse del impacto del tiroteo en Butler antes de que
Donald Trump regrese para alentar a sus hombres.
"En este momento es más importante que nunca permanecer
unidos y mostrar nuestro verdadero carácter como
estadounidenses, siendo fuertes y decididos y no permitiendo que
el mal gane", es el llamamiento del expresidente estadounidense,
convencido de que "sólo Dios ha impedido que lo impensable
sucediera".
La cita es para mañana en la convención republicana en
Milwaukee: "No veo la hora de hablar esta semana ante nuestra
gran nación desde Wisconsin", llama el magnate a la
movilización.
Mientras el FBI trabaja para reconstruir el ataque y el
motivo que empujó a Matthew Crooks a subir al tejado y disparar,
las acusaciones contra el Servicio Secreto crecen.
Stephen Moore, asesor principal de la campaña de Donald
Trump, señala que "si la bala hubiera llegado a un centímetro de
la cabeza de Trump, habría sido un asesinato".
E insiste: "Trump ciertamente necesita más protección: ahora
nos preguntamos si el Servicio Secreto estaba completamente
preparado".
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de
Estados Unidos, liderado por los republicanos, ha citado a la
directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, a testificar
en una audiencia prevista para el 22 de julio. Sin embargo, los
servicios niegan las afirmaciones de haber negado protección
adicional al magnate.
Por otro lado, varios testigos dicen haber visto a un hombre
moverse de un techo a otro y lo denunciaron a la policía,
quienes permanecieron indefensos antes de que se desatara el
pánico con disparos.
Como muestra la foto del New York Times, y según confirmó un
médico presente en el mitin, las balas provinieron del lado
izquierdo del expresidente. De siete a diez disparos, uno de los
cuales alcanzó en la nuca a un hombre que se encontraba en la
grada, en el extremo izquierdo, y que murió en el acto.
"Para todos los observadores externos era evidente que la
vida de Trump estaba en peligro", comenta el Kremlin, añadiendo
que Rusia "condena resueltamente cualquier expresión de
violencia durante una batalla política". (ANSA).