por Silvana Logozzo
(ANSA) - ROMA 28 NOV - El regreso de los rehenes a casa es un
salto del gozo extremo al abismo, con historias sobre el
encarcelamiento. En los cuales los familiares lloran después de
los abrazos y de las preguntas iniciales.
Como lo relató claramente la tía de Eitan Yahalomi, el
franco-israelí de 12 años, liberado el lunes junto con otros dos
pares: "Mi sobrino sufrió horrores a manos de Hamás, fue
obligado por terroristas a ver el vídeo de la masacre del 7 de
octubre, amenazado con fusiles por los milicianos cada vez que
lloraba, así como los otros niños cautivos en los túneles de la
Franja", dijo en una entrevista en la televisión pública la
francesa Deborah Cohen.
"Cuando llegaron a Gaza todos los civiles, todos ellos,
fueron golpeados, estamos hablando de un niño de 12 años,
agregó.
Luego dijo que simplemente estaba sorprendida al saber que
Eitan fue obligado por Hamás "a ver el filme del horror".
Igualmente traumático fue el testimonio relatado por el
Foro de familias y personas desaparecidas: "Mujeres israelíes
secuestradas el 7 de octubre fueron retenidas en jaulas por
terroristas en Gaza".
No se trata de una circunstancia nueva, según recordó el
Jerusalem Post indicando que en los días inmediatamente después
de los ataques del sábado negro, videos difundidos por un canal
de Telegram de Hamas mostraban a los niños secuestrados
retenidos en jaulas.
Las palabras de Emily Hand, de 9 años, también la evocan
mientras estaba en la Franja de Gaza.
"Refiriéndose al lugar donde se encontraba, me dijo que era
una caja", dijo Thomas Hand, el padre, en una entrevista con
CNN.
La niña dijo entonces que los terroristas la llevaron a casa
por casa mientras las fuerzas israelíes atacaban la Franja: "Es
aterrador. Ser jalado, arrastrado, empujado... bajo
probablemente fuego", dijo el hombre.
Pero "la mayor parte más inquietante desde que volvimos a
ver a Emily es que ella no quería hablar normalmente. Susurró
tan suavemente que no podíamos
sentir. Tuve que acercarla a mi oreja para entender. Ha sido
condicionada a no hacer ningún ruido".
La niña le dijo a su papá que "los niños no podían hacer
nada de ruido, siempre desayunaban, a veces almorzaban, a veces
algo por la noche".
Emily fue llevada por milicianos allí en la mañana del 7 de
octubre desde el kibutz de Beeri, donde había sido invitada para
una pijamada con su amiga Hila Rotem-Shoshani y su madre Raya.
Las niñas fueron liberadas sin Raaya.
El regreso a Israel el domingo fue trágico para Noam, de 17
años, y Alma Or (13): esperaron 50 días para abrazar a su madre
de la que habían sido separados durante el ataque al kibutz de
Beeri.
"Cuando cruzaron la frontera esperándolos estaban la abuela
y el hermano mayor. Tan pronto como su madre se fue, fue
asesinada por terroristas. Un momento terrible", dijo el tío a
CNN. (ANSA).