Por Milagros Rodríguez
CARACAS, 6 (ANSA)- El movimiento tuky, una expresión de cultura urbana que hace tres años conquistó con su baile frenético y la música electrónica creada en las barriadas de Caracas, sigue ganando adeptos y espacios en la movida artística venezolana.
"Me parece que hay que rescatar las manifestaciones artísticas y culturales que se viven en nuestra ciudad y que pueden enriquecer, porque estos chicos en vez de irse al malandreo (delincuencia) decidieron ser artistas y mucho de ellos son no sólo bailarines sino también son actores", destacó a ANSA María Victoria Ramírez, licenciada en artes visuales.
Ramírez, autora de la exposición "El arte que tuki eres", expresó que a través de su obra (video, música, pintura y la interacción con el público) pretende que "la persona, al atravesar cada pintura, también sea un tuky en ella".
"Quiero dejar al descubierto que lo tuky alcanza cualquier ámbito de las artes, muy a pesar de la discriminación que han tenido que soportar sus seguidores y que además necesitamos rescatar lo bueno que tenemos porque la transculturación está en todos lados", afirmó.
El movimiento tuky nació en los barrios más pobres de Caracas a mediados de los años 80 con la movida de la música Technotronic. Se extendió a todo el país y en los 90 y 2001 pasó a llamarse solo "changa tuky", explicó Elberth Tobías, conocido como "El Maestro" por ser el bailarín más destacado en este género.
"Nos veían como si fuéramos unos monos por la forma particular de vestir que era muy llamativa, con colores pintoresco, como rojo o anaranjado en los pantalanes, gorras, zapatos de marca y nos decían: 'no sólo son feos, son de barrio y bailan changa tuky, son unos delincuentes, malandros'", comentó Tobías, pionero del movimiento en Petare, una de las barriadas más violentas de Caracas.
También indicó que en esa época las "guerras de minitecas" y los "piques" (rivalidades) entre los grupos de las diversas barriadas por el control de "la pista" de baile siempre generaban problemas: "nos caímos a golpes, a puñaladas".
"Sin embargo, en el 2003-2004 los productores comenzaron a reunirse e hicieron un club llamado Raptor house que duró hasta mediados del 2008. Dos años más tarde todo el movimiento desapareció", precisó.
Pero al igual que el ave fénix resurgió de las cenizas un año después con el documental "Quién quiere ser tuky".
"A partir de ahí decidimos cambiar la violencia por la cultura y lo social. Nos propusimos rescatar a niños en estado de calle a través del baile para que agarren este camino porque, cómo está la situación hoy en día, cualquiera puede tener una pistola o robar", afirmó José Colmenares, conocido en el baile como "Cheo The Smith".
El movimiento, que se ha visto reflejado en los últimos meses en documentales y cómics, cuenta además con un libro, titulado "El bravo tuky", que explica como este fenómeno cultural ha hecho furor.
Para Colmenares, la música del Tuky tiene cierta similitud con el kuduro angoleño, el house de Sudáfrica y el juke de Chicago.
"Solo que aquí los sintetizadores son más evidentes, tienen un ritmo mucho más agresivo y enérgico y eso hace que te muevas, aunque no quieras", explicó.
Y ya lo sabe, por otra parte, de sobra Catherine, mejor conocida en el baile como "la máquina". "Cuando bailo se me olvida todo porque es full adrenalina, uno no ve ni para los lados sino que se enfoca en lo que está haciendo y en los movimientos ", afirmó.
El gusto por la movida tuky comenzó para ella hace ocho años. "Nosotros nos paramos en un sitio y ahí bailamos y descargamos la ira, el stress así como cuando la gente va al gimnasio hacer ejercicios. con la diferencia que a la vez estamos haciendo cultura", destacó.(ANSA).
MRZ
06/09/2015 19:10
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