Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 8 MAR - Las mujeres mexicanas
tomaron literalmente por asalto los campos de cultivo en los
últimos 25 años, pues su participación en la agricultura se
triplicó, al saltar del 3,6% al 10,7% de la fuerza laboral en
ese período, pero la paga que reciben es inferior a la de los
hombres. La importancia de las mujeres en el llamado "sector primario"
de la economía es tal que ya representan el 30% del valor de la
producción nacional agropecuaria, de acuerdo con fuentes
oficiales. Hasta ahí la buena noticia. La mala es que sus estipendios en
faenas agobiantes y no pocas veces en condiciones insalubres y
peligrosas, son más bajos que los de los campesinos e incluso su
situación es peor porque deben retornar a sus viviendas a
realizar también labores domésticas. El campo ha sido por muchos años un tradicional bastión de
los hombres en este país e inclusive un símbolo del machismo
mexicano. Ya no más: ahora es una trinchera compartida con las mujeres,
que dejaron de quedarse en el hogar a preparar los alimentos a
sus maridos y a cuidar a los hijos para acompañarlos en las
labores de labranza.
Cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera
(SIAP) del ministerio de Agricultura revelan que actualmente hay
750.000 mujeres trabajando en el campo mexicano, contra 189.000
de 1990. El director de análisis estratégico del SIAP, Gustavo
Tenorio, explicó que "este incremento se debe a diversas
razones, sobre todo porque habría que dividir el periodo de los
25 años en algunos fenómenos".
"Si bien en algún momento pudo haber sido influenciado por la
migración y permitió que la mujer tuviera que hacerse cargo para
subsistir, hay otro momento en el cual donde ya no es tanto la
migración, sino que ya es una realidad que la mujer participe en
el campo", dijo el funcionario. No deja de ser elocuente que las zonas más pobres del país,
como los estados de Puebla (15,8%), Oaxaca y Guerrero (12,2%),
en la región sur y sureste, donde haya más mujeres trabajando
en la siembra y la cosecha, mientras que en el próspero norte de
México su participación no rebasa el 3%.
Las mujeres en el campo son muy apreciadas sobre todo en
tareas donde se requiere de un trabajo más delicado, como en la
recolección de brócoli o de tomate verde, señaló Gustavo
Tenorio. Curiosamente, los estados donde las mujeres mexicanas aportan
más económicamente al sector agropecuario -Jalisco (occidente),
Chihuahua y Durango (norte) y Guanajuato (centro)- no coinciden
con aquellos donde trabajan en mayores cantidades, lo que habla
de las disparidades en sus ingresos. Según las estadísticas, en México se contabilizan tres
millones de hogares en el sector rural, de los cuales 372.000
(12%) son dirigidos por una mujer. Pero dentro de este último universo, el ingreso promedio es
de 8.098 pesos mensuales (unos 444 dólares), mientras que en los
hogares con cabeza masculina el ingreso es de 9.157 pesos (508
dólares).
La diferencia se debe a que se les paga menos a las mujeres
por sus productos o trabajo del campo, según el SIAP. Entre las mujeres que laboran en las faenas agrícolas, el
85,8% se dedica a la agricultura, el 13% a la ganadería, el 0,6%
a la pesca y el 0,6% a otras actividades. Las mujeres enfrentan condiciones adversas porque en los
campos de cultivo a veces se exponen a respirar sustancias
tóxicas de agroquímicos y fertilizantes que minan su salud. Además, hay muchas menores de edad entre las mujeres que se
dedican a la agricultura pues la ley permite trabajar a personas
de más de 15 años. La mayoría de las mujeres deben de trabajar en la agricultura
de subsistencia pues el 45,6% de ellas apenas tienen estudios de
primaria, y sólo el 4,1% realizó estudios superiores que le
permiten realizar tareas más especializadas.
MRM-ADG/MRZ
08/03/2016 21:05
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