(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 13 FEB - El narcotráfico
constituye un "desafío ético y anticívico para la juventud
mexicana y la entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia",
afirmó hoy el papa Francisco y pidió a los obispos de ese país
"no minusvalorarlo" ni conformarse con "condenas genéricas". Francisco calificó a la criminalidad que azota a México desde
hace 9 años como una "metástasis que devora" y que "disgrega" y
pidió a los jerarcas mexicanos actuar con "coraje profético para
evitar ser "derrotados por tal insidiosa amenaza".
Durante un encuentro con obispos el pontífice habló además
de los indígenas, los migrantes y dio un "jalón de orejas" a los
obispos que se dejan "corromper por el materialismo trivial" y
"las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa". En la Catedral Metropolitana del Centro Histórico de la
capital azteca, en el marco de su segundo día de visita a
México,
el pontífice pidió a los jerarcas católicos interesarse por las
familias, "acercando y abrazando la periferia humana y
existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades". Sólo "involucrando a las comunidades parroquiales, las
escuelas, las instituciones comunitarios, las estructuras de
seguridad, se podrá liberar (...) tantas vidas" de las víctimas
o quienes tienen "las manos manchadas de sangre" y "los
bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada",
expuso. La espiral de violencia en el país arroja desde que el
gobierno lanzó una ofensiva contra las bandas criminales con
apoyo del Ejército y la Marina unos 155.000 muertos, unos 28.000
desaparecidos y unos 250.000 desplazados. El Papa Francisco además en su mensaje a los obispos
mexicanos que traten con "delicadeza" a los pueblos indígenas y
dijo que estos "aún esperan que se les reconozca la riqueza de
su contribución y la fecundidad de su presencia para hallar la
identidad". "Los invito a cansarse sin miedo en la tarea de evangelizar y
profundizar la fe mediante una catequesis que sepa atesorar la
religiosidad popular de su gente", dijo.
El Papa también pidió a los obispos tener "una mirada
transparente" y no cubrirse de "las penumbras de la niebla de la
mundanidad", porque "la iglesia no necesita de la oscuridad para
trabajar". Ante los miembros de la Conferencia del Episcopado Mexicano
(CEM), a quienes les pidió "no tener miedo a la transparencia" y
vigilar sus miradas para que "no se cubran de las penumbras de
la niebla de la mundanidad". "No pongan su confianza en los carros y caballos de los
faraones actuales. Nuestra fuerza es la columna de fuego que
rompe dividiendo en dos la marejada del mar sin hacer grande
rumor", afirmó. Se refirió también a los migrantes mexicanos, unos 11
millones que se calculan viven en Estados Unidos y dijo que se
trata de "millones de católicos que viven en la diáspora" y que
"dejan atrás las propias raíces para aventurarse en la
clandestinidad que implica todo tipo de riesgos", en busca de la
tierra prometida. "Que su corazón sea capaz de seguirlos y alcanzarlos, más
allá de la frontera" reforzando "la comunión con hermanos del
episcopado estadounidense, para que presencia materna de Iglesia
mantenga viva la esencia viva de las raíces de su fe", dijo. Casi al final de su discurso, se apartó de la lectura del
texto preparado y pidió a los obispos que "si tienen que
pelearse" lo hagan y si "se tienen que decir cosas díganselas
como hombres en la cara y si se pasaron de la raya pídanse
perdón pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal".
MRM-ADG/MRZ
13/02/2016 20:30
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