Por Marcos Romero
(ANSA) – CIUDAD DE MEXICO, 4 FEB - El asesinato de un bebé de
siete meses en México, acribillado por hombres armados junto a
sus padres, desató repulsa, indignación y una sensación de
impunidad sobre todo en redes sociales, que comparan el atroz
caso con el del pequeño niño refugiado sirio "Aylan", muerto
ahogado en una playa turca en septiembre pasado. El homicidio ocurrió el viernes último frente a un
supermercado en la localidad de Pinotepa Nacional, en el estado
de Oaxaca, sureste del país, y generó una fuerte indignación y
llamados a las autoridades a castigar enérgicamente a los
responsables. Una foto ampliamente difundida que muestra a las víctimas
después de ser asesinados detonó una ola de reacciones en las
que se acusa a las autoridades de incapacidad para frenar la
creciente ola de violencia en esta provincia, una de las más
pobres y con mayor población indígena de México. Según la procuraduría de Justicia de Oaxaca, varios hombres
armados mataron a la familia desde un vehículo en movimiento. El padre, identificado como el comerciante Juan Alberto Pano,
de 24 años, llevaba al bebé Marcos Miguel en sus brazos y a su
lado a la madre de éste, Alba Isabel, de 17, cuando fueron
victimados sin misericordia. La imagen del bebé ensangrentado, recostado boca abajo bajo
el cuerpo sin vida de su padre se viralizó y puso en ebullición
a las redes sociales, en las cuales se inmediato se comparó este
hecho con la imagen del niño sirio Aylan Kurdi, de 3 años, que
apareció ahogado a orillas del mar Mediterráneo hace cinco
meses. "Te acuerdas del niño sirio? Pues esto pasa en México, para
ser precisos en Pinotepa, Oaxaca, donde el narcotráfico mató a
esta familia incluyendo a este pequeño ángel de 7 meses",
escribió un usuario a través de Facebook. A través de Twitter, otro internauta preguntó por que no se
ha desatado la misma ola de rechazo en México que generó el caso
del niño Aylan. "Los mexicanos pareciéramos más compasivos por otros que por
nosotros mismos", afirmó. "Podemos imaginar algo más injusto que un asesinato a sangre
fría de una familia que carga a su bebé en brazos?", señaló el
columnista local Octavio Martinez, que incluyó en su texto un
dibujo del bebé muerto junto a una bandera mexicana. Las autoridades señalaron que el crimen habría sido motivado
por una venganza de bandas de narcotraficantes, específicamente
de una "pandilla del estado de Guerrero", vecino a Oaxaca,
porque supuestamente los padres del bebé eran vendedores de
drogas. La fiscalía señaló que estas muertes coincidieron con el
asesinato de un hombre identificado como Isidoro González, que
les suministraba la droga a los padres del niño Marcos Miguel,
según las primeras investigaciones. La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca
condenó el caso y abrió una investigación con base en informes
aparecidos en los medios informativos. Los peritos de la fiscalía hallaron 18 casquillos de bala
calibre 38, por lo que los expertos se preguntan por qué hubo
tantos disparos para asesinar a una pareja y su bebé.
La oficina del Obmudsman local exigió a la fiscalía de Oaxaca
investigar los hechos y enviarle una copia del prontuario para
seguir de cerca los avances del caso. Guerrero se perfila actualmente como el estado más violento
del país y una organización civil recién designó a Acapulco, el
famoso centro veraniego ubicado en esta provincia, como la
ciudad más peligrosa de México. El 26 de septiembre pasado, en Iguala, en el mismo estado,
desaparecieron 43 estudiantes que probablemente fueron
asesinados por un grupo criminal. La violencia en esta provincia se ha expandido a los estados
vecinos, como México, Michoacán y Oaxaca.
En días pasados, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, reveló
que indicadores muestran a Oaxaca como un estado "con violencia
creciente", por lo que convocó a reconquistar la paz, a "luchar
unidos contra la delincuencia y crear una cultura de la
legalidad".
Desde finales de 2006, cuando el entonces presidente Felipe
Calderón lanzó una lucha frontal contra los cárteles de la
droga, la violencia del crimen organizado ha dejado más de
150.000 muertos y unos 26.000 desaparecidos en México, según
estadísticas de algunas ONG defensoras de los derechos humanos.
MRM-ADG/ACZ
04/02/2016 18:42
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