Por Marcos Romero
CIUDAD DE MEXICO, 19 (ANSA) - La fuga del poderoso jefe de
las drogas Joaquín "El Chapo" Guzmán, de la súper vigilada
prisión de alta seguridad El Altiplano, dañó las relaciones
entre México y Estados Unidos, consideraron especialistas. "El enojo" de Washington por la "falta de confianza y de
seriedad" de las instituciones mexicanas "es enorme", afirmó
Susana Chacón, vicepresidenta internacional del Club de Roma. Los expertos en relaciones internacionales descartaron sin
embargo que sea grave el distanciamiento entre ambos países o
que modifique drásticamente la cooperación bilateral. "No creo que cambie la relación entre la Casa Blanca y Los
Pinos (sede del Ejecutivo, ndr), ni entre el Departamento de
Estado y Relaciones Exteriores, pero sí genera reacciones en el
público, en el Congreso, que hace la cooperación más difícil",
afirmó Andrew Selee, vicepresidente del Woodrow Wilson Center. A esta situación también ha contribuido la ausencia desde
hace varios meses de un embajador designado en la sede
diplomática de México en Washington. Chacón estimó que México "no ha dado la prioridad que se
merece" al nombramiento de su representante en Estados Unidos. El embajador estadounidense en México, Anthony Wayne, dejará
su cargo el próximo fin de mes y actualmente su sucesora, la
actual subsecretaria de Estado Roberta Jacobson, está en proceso
de ser ratificada en el Congreso. Jacobson formuló la semana pasada duras críticas por la
evasión de "El Chapo" mediante un pasadizo de 1.500 metros de
largo, 1.70 de alto y 80 centímetros de altura, desde su celda
hasta una casa en construcción a las afueras de El Altiplano, la
cárcel más segura de América Latina. Selee señaló que la embajada de México en Washington está "en
buenas manos", a cargo de Alejandro Estivill, jefe de la
Cancillería, pero dijo que es necesario un embajador porque
entre los dos países "hay siempre decenas de agencias
comunicándose". El embajador es "el punto de conexión entre esas
conversaciones y esos arreglos", expuso. Gerardo Rodríguez, especialista en Seguridad Nacional de la
Universidad de las Américas, consideró que desde enero de 2001,
cuando se fugó por primera vez Guzmán de otra cárcel de alta
seguridad, la de Puente Grande, en Jalisco, hubo daños en las
relaciones bilaterales. "La confianza entre los agentes de seguridad y defensa de
México y Estados Unidos quedó erosionada como en 2001, cuando
nuestro país no quiso colaborar con el expresidente George W.
Bush en su lucha contra el terrorismo", afirmó. El experto estimó que Guzmán debe ser extraditado, debido a
que en México "no había aquella celda de máxima seguridad, la
cual garantizara que el delincuente cumpliera su condena en el
país". Jorge Chabat, experto en Relaciones Internacionales del
Centro de Investigación y Docencia Económicas, señaló que la
fuga golpea fuertemente la relación México-Estados Unidos,
"sobre todo con los sectores más radicales" que desconfían del
gobierno mexicano por sus niveles de corrupción. "Estados Unidos debe estar preocupado, consternado y enojado
con el gobierno mexicano de que se haya escapado el criminal más
perseguido por sus agencias de seguridad", afirmó Gerardo
Rodríguez, del Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea. Javier Oliva, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
estima que el espectacular escape al estilo Hollywood no sólo
afecta la relación con el país vecino, "sino con otras
naciones". "Nos deja como país con muy bajos niveles de moralidad en el
ejercicio de la función pública", expuso.
MRM-AGR/ACZ
19/07/2015 19:03
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