Por Francisco Forteza
(ANSA)- LA HABANA, 20 MAR - Barack Obama, el primer
presidente de Estados Unidos que visita a Cuba en 88 años, no
llegará hoy a La Habana en un barco de guerra, como hizo su
remoto antecesor Calvin Coolidge, en 1928. El propio Obama reconoció ese acontecimiento en una
declaración en Washington, previa a la visita que comenzará esta
tarde a la isla y se prolongara hasta la tarde del martes, en un
mensaje interpretado por cubanos como "de paz". No obstante el comentario, en el orden militar el deseo "es
parcial porque no menciona a la Base Naval que tienen ellos
(Estados Unidos) en Guantánamo y que no quieren devolver", dijo
a ANSA Teófilo Hernández, un militar jubilado que dice estar
"feliz" porque esta "especie de guerra permanente con ellos se
pueda terminar pronto, también gracias a Obama". Según Hernández, la base "pertenece a Cuba". Subrayó que
aunque los cubanos "no se pasen la vida comentando el asunto, es
un asunto nacional muy sensible". La base naval de 117,6 kilómetros cuadrados en tierra firme
de la isla está en manos de Estados Unidos desde 1903. Surgió
como resultado de un Convenio "para las Estaciones Carboneras y
Navales" firmado ese año por los gobiernos norteamericano y
cubano, encabezado por su primer presidente nacional, Tomás
Estrada Palma. Los historiadores cubanos afirman que las circunstancias del
acuerdo se caracterizaban por una época de ausencia "de
independencia" de Cuba por la vigencia de una enmienda a su
Constitución, aprobada por el Congreso de Estados Unidos y
firmada por el Presidente Mc Kinley en marzo de 1901, tras unos
años de intervención luego de ganar la breve guerra conocida
como cubano-hispano-americana. La enmienda Platt daba a Estados Unidos el derecho a
intervenir en Cuba, y fue impuesta al texto de la primera
Constitución de la República de Cuba de 1901 como condición para
la retirada de las tropas de Estados Unidos del territorio
cubano. Washington pagaba por el uso de la base a Cuba.
Cuando el ejército rebelde encabezado por Fidel Castro
triunfó el 1 de enero de 1959, se siguió cobrando la cifra anual
simbólica de 3.386.25 dólares por el arrendamiento hasta 1972.
En 1973 el tributo fue elevado 4.085.00 dólares anuales. El
cheque se carga a la Marina de Estados Unidos, responsable
operacional de la Base Naval. Actualmente la devolución de la base es una de las
condiciones del gobierno cubano para desarrollar el "deshielo"
con Estados Unidos. Ha insistido oficialmente en ese sentido
que sin esa acción, los turbulentos vínculos entre los dos
países nunca llegarán a una "normalización". El propio presidente Obama, que respalda el fin del embargo a
la isla y que ha pronosticado que se concretará durante el
próximo gobierno de su país, ha subrayado también que "no hay
planes" de devolución a Cuba de la base.
BY2/MRZ
20/03/2016 17:20
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