(ANSA) - BOGOTA, 8 DIC - Independiente Santa Fe y Huracán
definirán mañana al campeón de la Copa Sudamericana, que tanto
para el equipo colombiano, como para el argentino sería el
primero a nivel internacional de su historia. La cita con la gloria es a partir de las 19 locales (0 GMT),
cuando se pondrá en marcha en el estadio Nemesio Camacho, más
conocido como "El Campín" de Bogotá, la revancha de la final que
igualaron sin goles hace una semana en Buenos Aires. Aquella noche empataron ante una multitud y en el llano,
mientras que mañana lo harán con un entorno similar, pero a
2.850 metros sobre el nivel del mar, un dato no menor que el
equipo argentino tuvo muy en cuenta. El plantel comandado por Eduardo Domínguez se instaló en
Cali, a poco menos de mil metros de altura y desde donde viajará
el miércoles rumbo a Bogotá horas antes del partido que será
arbitrado por el brasileño Heber Lopes. Los conducidos por el uruguayo Gerardo Pelusso apuestan a
sacar ventaja de la altura y de la condición de locales,
confiados tras el empate logrado en Buenos Aires con un esquema
bastante conservador. En Bogotá se anticipa un planteo diametralmente opuesto, con
el equipo colombiano obligado a arriesgar algo más ante su
público y el argentino más replegado que en la final de ida y
esperando el momento para meter su estocada. "Veremos qué proponen, pero todo hace suponer que saldrán a
jugar más adelantados", advirtió Domínguez, quien asumió el
timón de Huracán esta misma temporada tras haber "colgado los
botines" como jugador del club. No le fue mal hasta ahora al flamante entrenador al mando del
cual el "Globo" quedó a las puertas de lograr su primera corona
internacional en la misma temporada en la que evitó el descenso
apenas en la última fecha del campeonato argentino. Una dualidad típica del Huracán de estos tiempos, incapaz de
renunciar al sufrimiento en medio del festejo, como el que vivió
al conquistar la Copa y la Supercopa Argentina mientras se
debatía por recuperar su lugar en primera hace un año. Rasgo característico de un equipo cuyos hinchas están
acostumbrados a sufrir y quieren gozar, un calco de lo que
sucede con sus pares del Santa Fe, campeón en la pasada
temporada del fútbol colombiano. Ambos comparten un pasado de gloria que se compara con este
presente y que lograron allá por los '70, cuando contaban con
planteles que dejaron marcado a fuego un estilo de juego
emparentado con el virtuosismo. Algo más sacrificadas resultan estas versiones, aunque no por
ello menos efectivas, lo cual hace difícil anticipar un
resultado salvo por el hecho de que la altura y la localía
podrían terminar jugando en favor del equipo colombiano. Pero Huracán supo imponer respeto como visitante, tanto en
esta edición de la Sudamericana, en la que eliminó al campeón
River Plate ganándole en el Monumental en la semifinal de ida,
como en su participación en la pasada Copa Libertadores. A nivel estadístico chocaron en seis oportunidades, todas
ellas en el marco de amistosos y todas ellas en Bogotá, con dos
triunfos de Santa Fe, uno de Huracán y tres empates. Si bien a la hora de rodar la pelota las estadísticas quedan
apenas en eso, si se repite la tendencia y terminan igualados
por el marcador que fuese, deberán jugar un alargue de 30
minutos y de persistir la igualdad definirán por penales. "No practicamos penales. Esperamos definir todo en los 90
minutos", advirtió Marcos Díaz, arquero de Huracán que se
convirtió en héroe por su efectividad en esa instancia en la
pasada Copa Argentina. Más allá de los festejos al término de la final de ida en
Buenos Aires, Pelusso y sus dirigidos saben que no la tendrán
fácil mañana porque "Huracán es un equipo que tiene muchos
jugadores maduros dispuestos a darlo todo", a decir del DT. Conceptos que respaldó el zaguero Yerry Mina: "No debemos
subestimarlos", afirmó el gigante de 1,94 metros que anticipó
"un partido bastante diferente a la final de ida y que para
nosotros será el partido de nuestras vidas". Mina fue uno de los encargados de anular en el primer duelo
al goledor del "Globo", Ramón "Wanchope" Abila, quien pasó casi
desapercibido en el primer tiempo y se las ingenió para intentar
generar peligro en el complemento, pero no pudo convertir. Mañana, tal vez con mayores espacios, Abila pueda quebrar el
cerco defensivo y provocar daño junto con el juvenil Cristian
Espinoza, algo más recuperado del golpe que le propinó Leonardo
Ponzio, de River, en semifinales. El resto pasará por el juego en el mediocampo, donde Federico
Vismara es la brújula quitando y distribuyendo junto con Mauro
Bogado y Patricio Toranzo, delante de una línea de cuatro
comandada por Federico Mancinelli y Martín Nervo. Santa Fe contará con la experiencia del arquero Robinson
Zapata, la altura de los centrales Mina y Francisco Meza y el
manejo del venezolano Luis Seijas, abastecedor de Wilson Morelo
y del ecuatoriano Daniel Angulo en la delantera. El equipo colombiano perdió entre semana su partido con
Junior de Barranquilla por el pase a semifinales del torneo
Clausura, aunque jugó con un equipo alternativo y preservó a los
titulares para el duelo ante Huracán. Derrotado también en la final de la Copa Colombia, la de
mañana es la última esperanza de cerrar el año con un título, el
primero a nivel internacional tras las finales perdidas en la
Copa Conmebol 1996 y en la Copa Merconorte de 1999. Huracán, que nunca antes accedió a una final internacional
(jugó la Libertadores el año pasado y la de 1974, en la que fue
semifinalista, además de la Copa Conmebol en 1994), también va
por la gloria y tratará de amargarle la fiesta.(ANSA).
YK7-RFL/MRZ
09/12/2015 00:42
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