Por Oscar Escamilla
BOGOTA, 20 (ANSA) - Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, se reúnen mañana en Quito, en un primer intento por superar la crisis diplomática que enfrenta a las dos naciones. El encuentro entre Santos y Maduro se realiza a instancias del mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, y de Uruguay, Tabaré Vásquez, como actuales presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Los dos jefes de Estado llegan a la reunión con expectativas y posturas distintas: mientras Santos espera poner de manifiesto su molestia por el trato dado a miles de sus compatriotas expulsados del país vecino; Maduro llega dispuesto a reiterar la necesidad de una "nueva frontera" con Colombia. A Santos el conflicto diplomático con Maduro le ha servido para recuperar parte de la confianza del país en su gestión, menguada por las circunstancias económicas actuales, el lento proceso de paz con las FARC y el discurso derechista de su mayor contradictor, Alvaro Uribe, quien sin descanso critica las políticas de quien fuera su pupilo. En tanto, para Maduro el problema de la frontera es un nuevo frente de confrontación, muy al estilo de pugnas que ha caracterizado su mandato, enfrentado con una oposición que se presenta como victimizada por el gobierno, que incluso celebró la condena esta semana de uno de sus máximo líderes, Leopoldo López, pero que siente como ningún otro en el continente la caída estrepitosa de los precios internacionales del petróleo, su principal fuente de recursos económicos. El problema entre las dos naciones vecinas comenzó el pasado 21 de agosto, cuando Maduro ordenó el cierre de la frontera en el estado del Táchira y decretó el estado de excepción en cinco municipios aledaños, luego que tres militares de ese país resultaran heridos en un supuesto ataque de contrabandistas. Al cierre de la frontera en Táchira le siguió la deportación de miles de personas, 1.099 a la fecha según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), y cerca de 20.000 más que decidieron irse por temor a represalias y a exponerse a la supuesta violencia de las autoridades venezolanas. En el transcurso de este mes, Caracas endureció su posición y también ordenó el cierre del paso fronterizo en el estado de Zulia y luego en Apure, lo que aumentó el número de expulsados, que según los datos de la Ocha alcanzan un total de 1.608 deportados y los 17.027 retornados. Desde el inicio Santos admitió que Venezuela estaba en su derecho de cerrar la frontera y expulsar a los colombianos indocumentados, pero ha lamentó la manera en cómo han sido tratados sus compatriotas, a partir de los relatos de quienes debieron salir de esa nación, lo que Bogotá ha dado en llamar "crisis humanitaria". Por su parte, Caracas justificó lo ocurrido al argumentar la necesidad de frenar la violencia en las zonas limítrofes, principalmente en Táchira, que atribuye en general a grupos paramilitares, a quienes además presenta como una amenaza a su actual sistema de gobierno. Además de la decisión de acabar con el contrabando que se genera en las zonas de frontera, producto, entre otras, de los desbalances en los sistemas cambiarios de ambas naciones que estimulan la reventa en Colombia de artículos de la canasta familiar subsidiados en Venezuela y de gasolina, cuyos valores son disímiles a cada lado de la frontera. Durante el mes de crisis, las voces ha subido y las posiciones se han endurecido, con temores a una eventual confrontación. Sobre todo luego de la queja formal de Bogotá por la incursión sin permiso de aviones militares venezolanos en su espacio aéreo, lo que Caracas negó, y la reciente caída de un avión militar tipo sukhoi-30. En el incidente perdieren la vida sus dos ocupantes y Maduro trató de justificar como parte de su lucha contra el narcotráfico que viene de Colombia. La prensa colombiana manifestó hoy pocas expectativas frente a la reunión de mañana, al asegurar que ambos mandatarios llegan a la cita de Quito más por el pedido de los países vecinos que por una decisión manifiesta, y no discursiva, de sentarse a hablar. En ese sentido, el diario El Tiempo de Bogotá dijo que las expectativas de la reunión son bajas, pues "ni siquiera hay una agenda definida sobre los temas que se abordarán". Por su parte, la revista Semana coincidió con el rotativo al afirmar que "en general, las expectativas son moderadas", ya que la reunión no va a propiciar la apertura de la frontera, pero podría servir "para detener el desborde de la diplomacia del micrófono de las últimas semanas". La cita entre Santos y Maduro se llevará a cabo a partir de las 14 horas de Quito, la misma para Colombia y media hora más para Venezuela, en el palacio presidencial ecuatoriano, según informó la Cancillería de ese país.(ANSA).
20/09/2015 19:49