BOGOTA, 2 (ANSA)- La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) manifestó hoy su preocupación por la situación
que se presenta en la frontera entre Colombia y Venezuela, en
particular por la posible violación de los derechos humanos de
los colombianos deportados. Así lo manifestó este martes el secretario ejecutivo de la
comisión, Emilio Alvarez Icaza, quien afirmó que ya se le pidió
a Caracas frenar las deportaciones y ofrecer garantías a las
personas que están saliendo de ese país. "Estamos muy preocupados y la Comisión ya la ha pedido a
Venezuela que detenga estas actividades y que genera las
condiciones de los derechos de los colombianos que están ahí",
precisó Alvarez, quien agregó que "esperamos una respuesta de
Venezuela". La CIDH parece ser ahora el escenario en el que Bogotá espera
encontrar eco a sus denuncias sobre las presuntas violaciones de
los derechos humanos de deportados, luego del traspiés en el
seno de la OEA, donde no logró los votos suficientes para
convocar a una reunión de cancilleres de la región. En un mensaje al país, el presidente colombiano, Juan Manuel
Santos, anunció anoche que adelantaría una ofensiva diplomática
para denunciar lo que ocurre en la zona fronteriza en instancias
como la CIDH, la ONU y la Organización Internacional de las
Migraciones. Pero no solo Santos está empecinado en llevar el caso a
instancias judiciales internacionales, lo mismo hizo el alcalde
de Cúcuta, Donamaris Ramírez, quien pidió medidas cautelares al
ente interamericano, así como el defensor del Pueblo local,
Armando Otálora, y hasta el procurador general, Alejandro
Ordoñez. En el caso de este último, su oficina radicó este martes ante
la Comisión medidas cautelares por lo que consideró "una campaña
de estigmatización y persecución" contra los colombianos y el
"desplazamiento forzoso" mediante "diversos actos coercitivos",
entre otros argumentos. Alvarez dijo que la Comisión ha conocido de otros casos de
expulsión de inmigrantes ilegales en la región, pero "no de esta
magnitud". El secretario dijo que a la Cidh se le ha informado de la
deportación de más de mil personas, de las cuales una de cada
cuatro son niños. "Esto es de una extraordinaria preocupación y es totalmente
contrario a los principios internacionales de los derechos
humanos", manifestó el funcionario. Recordó que los estados son libres de establecer sus
mecanismos de deportación de inmigrantes ilegales, pero las
mismas deben obedecer a procesos que les permitan algún tipo de
defensa y por ende no pueden hacerse de manera espontánea,
masiva y sin un procedimiento legal previo. Agregó que uno de los temas más graves fue la marcación de
las casas donde estaban asentadas varias de las personas
deportadas en la zona de frontera para su demolición. "Este fenómeno de marcar las casas con la letra D y luego
proceder a destruirlas recuerda las épocas más oscuras de la
historia de la humanidad, nos parece, y ese el urgente llamado a
Venezuela, no solo a detener las deportaciones sino a garantizar
la protección de sus bienes y de quienes han sido deportados",
precisó Alvarez. Sostuvo que no veía "un escenario" en el que Venezuela no
responda al pedido de la CIDH y manifestó que se pueden generar
audiencias para llamar la atención de Caracas. Por su parte, el defensor del pueblo de Venezuela, Tarek
Wiliam Saab, reiteró hoy que las deportaciones se realizaron en
el marco de la ley y sostuvo que las acusaciones de Colombia
contra su país son infundadas y hacen parte de una "campaña"
mediática para "estigmatizar" a su nación. "Porque hubo una acción puntual de enfrentar la inmigración
ilegal, que nos está desangrando nuestra economía, se nos quiere
hacer esta propaganda", aseguró Saab. Mientras que el embajador de Caracas ante la Organización de
Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, urgió por un encuentro
de los presidentes de los dos países para superar la crisis. "Somos hermanos, en momento de disgustos la solución no es
acudiendo a terceros, tenemos que arreglarlos nosotros mismos
las emociones no pueden desviarnos del camino que debemos
recorrer para encontrarnos", manifestó Chaderton. Colombia y Venezuela atraviesan por la más grave situación
diplomática binacional desde que Santos y Nicolás Maduro ejercen
el poder, similar a las que en su tiempo enfrentaron Alvaro
Uribe y Hugo Chávez. La crisis se desató luego que Caracas ordenara el cierre de
la frontera en el estado del Táchira y luego ordenara la salida
de los colombianos residenciados en la zona, en un intento por
frenar la violencia de la región y acabar con el contrabando.
YK7-ADG/MRZ
02/09/2015 20:57
|