Por Oscar Escamilla
BOGOTA, 31 (ANSA)- Uno de los más temibles exjefes
paramilitares, Fredy Rendón Herrera, "El Alemán", ofreció hoy
perdón a sus víctimas, tras recuperar la libertad luego de
purgar ocho años de prisión, al tiempo que pidió respaldo al
proceso de paz que el gobierno adelanta en Cuba con las FARC. Durante los años 90 y parte del 2000 el nombre del 'Alemán'
causaba terror en muchas poblaciones de los departamentos de
Antioquia, Córdoba y Chocó, noroeste del país, donde operaba
bajo su mando el denominado "bloque Elmer Cárdenas" de las
Autodefensa Unidas de Colombia, nombre con el que se
autodenominaron los grupos de extrema derecha.
El propio Rendón admitió ante la Unidad Justicia y Paz,
encargada de procesar a los paramilitares que se acogieron al
proceso de paz que en 2003 les propuso el gobierno de Alvaro
Uribe, su responsabilidad en al menos 1.500 de los 9.000 actos
violentos que se le atribuyen al grupo armado ilegal que
dirigía. Cientos de asesinatos individuales y colectivos, al menos
7.000 casos de desplazamiento forzado de personas y uno de los
crímenes más atroces en los más de 50 años de confrontación
armada en el país, el cometido en una iglesia en el departamento
de Chocó, le son atribuidos al "bloque Elmer Cárdenas". En mayo de 2002, los paramilitares a órdenes de Rendón, se
enfrentaron con un grupo de las FARC en medio de la población
rural de Bojayá, Chocó. Los habitantes de esa localidad,
aterrados por la gravedad de la confrontación, corrieron a
esconderse a la iglesia del pueblo sobre la que cayó un cilindro
bomba que mató a 117 personas, entre ellas a 47 niños. "Lo lamentamos y le hemos pedido perdón a esa comunidad por
haber estado allí, por haber provocado que esa pipeta (cilindro,
ndr) hubiera caído en esa iglesia y hubieran muerto tantos niños
y tantas personas", manifestó hoy a radios locales el ex jefe
paramilitar. Rendón se acogió a la propuesta de dejación de armas y
sometimiento a la justicia que les ofreció Uribe a las bandas
ultraderechistas y purgó una pena de 8 años en la cárcel de
ItagUí, municipio anexo a Medellín, que abandonó en la víspera. El ex ultraderechista hizo este viernes un "llamado de la
sociedad colombiana" para que respalde el proceso de paz que se
llevaba con sus antiguos enemigos militares y dijo estar apenado
con la sociedad colombiana" por "estos hechos tan atroces que se
cometen en una guerra en la que yo participé, de la que no
volveré a participar y estoy apenado y avergonzado de lo que
pasó". Como en muchos otros casos de confesos criminales,
guerrilleros y narcotraficantes colombianos, Rendón no tuvo
reparos en hablar de sus actos, ni se negó a contestar ningún
tipo de pregunta, por incómoda que fuera y, por el contrario,
hizo gala de cierta serenidad y aplomo, que al oído lo hacían
lejano de la fama de atroz asesino que arrastra. En ese orden, el ex paramilitar negó que sus hombres hayan
jugado fútbol con la cabeza de un campesino al que sus hombres
asesinaron en 1997, como lo relatan testigos y aparece en la
literatura que sobre el paramilitarismo se ha escrito e
investigado. "Ya se hizo la exhumación del cadáver de Marino López Mena
(el campesino muerto, ndr), no hay ninguna fractura en su
cráneo; sí se decapitó, pero no jugamos un partido de fútbol,
eso ya raya con la morbosidad y con una depravación sicológica",
sostuvo Rendón en diálogo con Blu Radio. Sin embargo, admitió que "en una guerra se comenten actos tan
atroces que no se esperaría que un ser humano pudiera
cometerlos, es la guerra, es un conflicto, y por eso tenemos que
acabarla", apuntó. Sostuvo que sus hombres trabajaron en varias ocasiones con el
ejército, recordó incluso que el general Rito Alejo del Río,
condenado y en su momento homenajeado por sus supuestos logros
militares por el gobierno de Uribe, fue uno de esos uniformados
que les ayudó. Confió en que más adelante la justicia devele quiénes fueron
los políticos, empresarios y funcionarios del Estado que
apoyaron al conjunto de los paramilitares, que en dos décadas
lograron extenderse a lo largo del país, bajo el supuesto de la
lucha antiguerrillera. Sobre su futuro, Rendón prefirió no ahondar, al tiempo que
aseguró que su "compromiso" es con sus "víctimas", a las que
-dijo- se quiere acercar para "poder sanar esa heridas que
tienen y que me perdonen por ese daño que hice"
En medio de su discurso, Rendón hizo un "llamado" a la
sociedad colombiana para que apoye el proceso de paz que hace
tres años inició el gobierno de Juan Manuel Santos con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sus antiguos
enemigos. "Nosotros el llamado que hacemos al gobierno y a la sociedad
es que no podemos permitir que esa mesa se acabe y que los que
están allí sentados se puedan parar, porque este país ha sido
maltratado, ha sido asesinado, ha sido victimizado por los
actores armados y tenemos que darle una oportunidad distinta a
la guerra", sostuvo el ex paramilitar. Rendón está pedido en extradición por la justicia de Estados
Unidos, que lo acusa de delitos de narcotráfico, sin embargo, su
envío ha sido pospuesto debido a su compromiso de develar las
atrocidades cometidas por los ultraderechistas. Rendón es hermano del confeso narcotraficante Daniel Rendón
Herrera, "don Mario", fundador de la banda criminal "los
Urabeños" y extraditado a Estados Unidos, donde se le sigue una
causa por tráfico de drogas.
YK7-ADG/MRZ
31/07/2015 23:25
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