Por Margarita Bastías
SANTIAGO DE CHILE, 2 (ANSA) – Una expectación provoca el
cónclave del oficialismo chileno previsto mañana lunes y en el
cual definirá el rumbo del denominado "segundo tiempo" del
gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
Las cifras que arrojan las encuestas reflejan una fuerte
caída en el respaldo ciudadano, de sólo un 30 por ciento, muy
lejos del 63 por ciento con que fue elegido.
Más allá de las denuncias de corrupción que han salpicado a
toda la clase política, incluida la mandataria por los negocios
especulativos de su nuera, la desaceleración económica ha
obligado a replantear la ambiciosa agenda de reformas y
redefinir las prioridades del segundo mandato de Bachelet en lo
que ha definido como "realismo sin renuncias".
Son muchas los interrogantes que deberán resolver los
ministros, presidentes de partidos y todos los parlamentarios
oficialistas junto a la Presidenta.
El ex ministro Francisco Vidal, quien fue vocero en el primer
gobierno de Bachelet (2006-2010), resumió las incógnitas en una
columna que publicada en el diario El Mercurio: Reforma
tributaria, ¿se perfecciona mediante vía administrativa o ley?;
Reforma educacional, ¿cómo empezamos la gratuidad, cuál será la
gradualidad?, ¿mantenemos el 70 de gratuidad en la educación
superior para 2018?, ¿enviamos el proyecto de
desmunicipalización?, ¿perseveramos en la cobertura de la
educación preescolar?, la carrera docente la legislamos ¿con el
respaldo de los profesores?". "Reforma laboral, ¿mantenemos la esencia de este proyecto,
titularidad sindical y huelga efectiva? o ¿’matizamos’ estos dos
principios fundamentales de este proyecto de ley?; Reforma
previsional, ¿mandamos el proyecto que crea AFP estatal?;
Reforma a la salud, ¿perseveramos en la nueva ley de isapres con
el Fondo Solidario entre ambos subsistemas?, y, en materia
constitucional, ¿precisamos proceso a través de calendarización
o definitivamente lo dejamos para el próximo período?", se
pregunta Vidal.
El ex ministro dejó en claro que "en estas materias lo que
esperamos es la definición presidencial. Solo la Presidenta
Bachelet, en un régimen presidencial como el nuestro, y por su
liderazgo en la conducción política de la Nueva Mayoría, está en
condiciones de efectuarlo. No hay más espacio político para la
vacilación, la duda y la incertidumbre". Dentro de la oposición de derecha, Felipe Kast, presidente
del movimiento Evópoli, invitó "al Gobierno a que centre su
atención en las urgencias sociales que tiene la ciudadanía y que
postergue muchas de sus obsesiones, que han mantenido al país en
una lógica de estancamiento en empleo, una lógica de
despreocupación de la seguridad, una lógica de no hablar de
educación de calidad". La oposición, por su parte, también se reunirá el lunes. Para el senador de Renovación Nacional Andrés Allamand, es
necesario decirle al Gobierno que el proceso de reformas está
errado. "Tenemos un Gobierno que tiene un 25 por ciento de
apoyo, que está haciendo las cosas mal y que sobre todo está
impulsando un conjunto de reformas equivocadas. Lo que el país
necesita es un cambio de rumbo y yo creo que el deber de la
oposición es señalarlo", planteó. Desde la pinochetista Unión Demócrata Independiente, el
presidente Hernán Larraín, llamó al gobierno a definir si el
Partido Comunista seguirá en el gobierno luego de la divulgación
de correos que dan cuenta de la comunicación en 2006 con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC).
"No es solo el partido comunista es el que tiene que dar la
cara hoy en Chile, también el gobierno, sus partidos y la
Presidenta, Michelle Bachelet, porque queremos saber cuáles son
los estándares mínimos para formar parte de la Nueva Mayoría. Si
es la defensa irrestricta de la democracia y de los Derechos
Humanos, si es el repudio claro y concreto de los caminos
violentos para llegar al poder, entonces nos preguntamos cómo se
inserta esta ambigüedad del PC en ese régimen", añadió el
senador.
El presidente del Partido Comunista, diputado Guillermo
Teillier, respondió acusando un "montaje" en vísperas del
cónclave que apunta a sacar a su fuerza del gabinete. El PC ingresó en marzo de 2014, después de 41 años, como
parte de la Nueva Mayoría impulsada por Bachelet que amplió la
base de la Concertación de Partidos Por la Democracia y que
derrotó en las urnas al dictador Augusto Pinochet, en octubre de
1988.
"Como esta gente de la derecha no puede dar un golpe de
Estado para perseguirnos, excluirnos y reprimirnos, como lo
hicieron durante la dictadura en complicidad con los militares,
ahora quieren una Ley Maldita y sacarnos del gobierno y de la
vida institucional", denunció Teillier.
MBA/ACZ
02/08/2015 16:57
|