(ANSA) - BRASILIA, 11 MAR - La Iglesia católica brasileña
expresó su preocupación ante la tensión política reinante en el
país e instó a que oficialistas y opositores eviten choques en
las manifestaciones previstas para la semana próxima. "Las manifestaciones populares son un derecho democrático que
debe ser garantizado por el Estado de Derecho, y éstas tienen
que ser pacíficas y con respeto hacia las personas y las
instituciones" dijo Sergio da Rocha presidente de la Conferencia
Nacional de Obispos de Brasil. La crispación política ha ido in crescendo desde el viernes
pasado cuando la Policía Federal trasladó por la fuerza al ex
presidente Luiz Lula da Silva hasta un aeropuerto de San Pablo
para declarar en la causa de corrupción en Petrobras. Ayer fiscales de San Pablo solicitaron la prisión de Lula al
que acusan de ocultar la propiedad de un departamento, tras lo
cual el Partido de los Trabajadores convocó a una "vigilia" en
respaldo de su líder. Paralelamente la oposición convocó el próximo domingo a una
marcha contra Lula y por el impeachment de la presidenta Dilma
Rousseff, mientras el PT anunció una marcha encabezada por Lula
el 18 de marzo en San Pablo. "Las sospechas de corrupción deben ser rigurosamente
investigadas y juzgadas por las autoridades competentes" opinó
el arzobispo Da Rocha. Frente a una coyuntura que se presenta como cada vez más
conflictiva el presidente de la Conferencia de Obispos recomendó
que "se garantice siempre el orden constitucional, que todo
ocurra dentro del respeto a la ley y la Constitución". Y agregó que las divergencias políticas deben ser resueltas
"siempre por el diálogo y sin recurrir a la violencia" . Da Rocha, que es arzobispo de Brasilia, calificó como
"inadmisible que se alimente la crisis económica a través del
agravamiento de la crisis política" y pidió responsabilidad a la
dirigencia de los principales partidos.
DCP/ACZ
11/03/2016 16:40
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