Por Darío Pignotti
(ANSA) - BRASILIA, 7 MAR - La presidenta brasileña Dilma
Rousseff reiteró hoy su apoyo a su correligionario Luiz Inácio
Lula da Silva, luego de que el ex mandatario fue trasladado por
la fuerza a declarar en la causa por corrupción en Petrobras, y
atacó a la oposición por urdir, dijo, una estrategia
desestabilizadora. "Lula nunca creyó ser más que nadie...no tiene el menor
sentido conducir a Lula bajo una vara" como ocurrió el viernes
pasado en San Pablo, afirmó hoy Rousseff, durante un discurso
pronunciado en la cuidad Caxias do Sul, en el estado de Rio
Grande do Sul. El viernes pasado el ex gobernante Lula, líder del Partido de
los Trabajadores (PT), fue trasladado de forma coercitiva desde
su departamento en la ciudad de San Bernardo do Campo, cordón
industrial de San Pablo, a la sede de la Policía Federal en el
aeropuerto de Congonhas, centro de San Pablo. Allí fue indagado por más de tres horas sobre su presunta
participación en la red de corrupción establecida en la
petrolera estatal Petrobras, en el escándalo conocido como
"Petrolao". También fueron allanados su domicilio particular en San
Bernardo do Campo y las oficinas del Instituto Lula, en el
centro de San Pablo, una quinta y un departamento frente al mar
en el interior paulista. Dilma Rousseff afirmó hoy que "no es posible aceptar" que se
dé ese trato a su correligionario pues "jamás se recusó a
deponer" ante la Policía Federal y el Ministerio Público
Federal. Rousseff había expresado su solidaridad hacia su padrino
político el sábado pasado cuando lo visitó en San Bernardo do
Campo. La comparecencia de Lula ante la policía atizó el ya crispado
escenario político brasileño. Por un lado, militantes del PT y la Central Única de los
Trabajadores montaron una vigilia frente a su domicilio y
prometieron organizar una movilización en su defensa en los
próximos días. Por el otro, la oposición convocó a una movilización el
próximo domingo en el que se exigirá el "impeachment" contra
Rousseff y la prisión de Lula, al que sus adversarios consideran
como el "jefe" de la organización delictiva que perpetró las
estafas en Petrobras. Rousseff responsabilizó hoy a la oposición de agravar la
crisis política con el fin de obligarla a dejar anticipadamente
el gobierno, que concluye el 31 de diciembre de 2018. Opinó que los problemas políticos y económicos que enfrenta
Brasil son "provocados por aquellos que están inconformes" con
la derrota sufrida en las elecciones de 2014 "y ahora quieren
anticipar las elecciones de 2018".
"El gobierno siempre quiere la unidad del país y la oposición
tiene derecho a divergir, pero no puede estar sistemáticamente
dividiendo al país… porque eso también causa problemas en la
economía y en el crecimiento de las empresas", dijo. El trato dado por la policía a Lula fue también criticado hoy
por el ministro Marco Aurelio Mello, del Supremo Tribunal
Federal, quien cuestionó el estilo del juez Sergio Moro, a cargo
de la causa del "Petrolao". El viernes pasado el propio Lula había expresado su
indignación y confesó haberse sentido como "un prisionero"
cuando los agentes lo llevaron de forma coercitiva a declarar. Pero en medio de ese debate, el comisario de la policía
federal a cargo del operativo desmintió la versión presentada
por Lula, que afirmó no haber presentado resistencia a las
autoridades. "El (Lula) dijo que no saldría de aquel lugar (su
departamento) a menos que se lo saque esposado, y dijo además
que si yo quisiera tomarle declaraciones se la tome allí",
aseguró el comisario Luciano Flores de Lima. Las afirmaciones del comisario federal contradicen la versión
dada por Lula y abren otro punto de controversia en el debate
originado en su demora del viernes pasado.
DCP-MFI/ACZ
07/03/2016 18:30
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