(ANSA) - SAO PAULO, 5 MAR - La presidenta de Brasil, Dilma
Rousseff, visitará en su residencia a su antecesor y mentor
político, Luiz Inácio Lula da Silva, quien el viernes se
convirtió en el nuevo blanco de la mayor investigación por
corrupción en el país. La mandataria, indicó la cadena de televisión Globo, parará
en Sao Paulo antes de continuar su viaje a Porto Alegre, donde
la jefa de Estado tiene su domicilio particular y esperaba pasar
el fin de semana sin compromisos oficiales. La reunión se llevará a cabo en el departamento de Lula, en
San Bernardo do Campo en las afueras de Sao Paulo. La presidenta se mostró ayer "indignada" por las medidas
coercitivas impuestas a Lula. Lula, uno de los fundadores insignes del Partido de los
Trabajadores (PT) y gobernante entre 2003 y 2010, fue trasladado
el viernes por agentes y prestó declaración durante unas tres
horas a la Policía por su supuesta implicación en el escándalo
de desvíos en la petrolera estatal Petrobras. Después del interrogatorio, Lula dio una declaración a la
prensa y participó en la noche del viernes de un acto político
en el que denunció la "persecución" en su contra, manifestó ser
"inocente" de las acusaciones por blanqueo y enriquecimiento
ilícito. También aseveró que los opositores tendrán que derrotarlo
políticamente "en las calles". Asimismo, Rousseff enfrenta la posible apertura de un juicio
político con fines de destitución, una hipótesis que toma cada
vez más fuerzas con el surgimiento de nuevos escándalos de
corrupción en el Gobierno. Pese a todo, Lula se mostró dispuesto a ser candidato a
presidente para las elecciones de 2018. "Me ofrezco como candidato, tengo 70 años, pero todavía me
siento como un joven de 30 y con un cuerpo atlético de 20. Así
que aplico", dijo Lula al hablar ante sindicalistas del sector
bancario en Sao Paulo.
En la reunión también estuvieron presentes el presidente del
PT, Rui Falcao, y el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad. Lula, que ha agitado y fascinado a la audiencia, también
criticó duramente a los jueces que ayer lo obligaron a ser
llevado por la policía para declarar. "Fue una ofensa personal, a mi partido, a la democracia y al
estado de derecho", bramó bajo una ovación. (ANSA).
BRN-ADG/MRZ
05/03/2016 17:21
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