BRASILIA, 25 (ANSA)- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff,
reconoció su preocupación frente a las consecuencias de lo que
llamó como el "efecto China", donde hoy volvió a desplomarse la
bolsa de valores, y ante la incertidumbre sobre la profundidad
de esa crisis. "Vamos a tener un efecto China muy acelerado, todo el mundo
piensa que se trata solo de commodities y no es solo eso",
declaró Rousseff en entrevista publicada hoy en el diario O
Globo, de Rio de Janeiro. China es el primer socio comercial de Brasil, con 77.000
millones de dólares de comercio en 2014, donde predominan la
exportaciones brasileñas de soja, hierro y petróleo. "Estamos frente a una retracción del mercado internacional
del cual no sabemos cual es su verdadera dimensión. Es algo que
no se sabe. Vamos a tener que lidiar con la desaceleración
internacional", agregó Rousseff. Las acciones de la petrolera estatal Petrobras y la minera
privada Vale, grandes exportadoras a China, llegaron a caer más
del 9 por ciento ayer en la Bolsa de Valores de San Pablo. La plaza bursátil paulista cerró ayer con una baja del 3,03
por ciento a los 44.336 un valor similar a los registrados en
2009 cuando en Brasil se sintió el impacto de la crisis
financiera global. "No estoy citando el tema China para decir que mañana vamos a
tener una catástrofe, no estoy diciendo eso. Estoy diciendo que
estamos ante una desaceleración que nos afecta sólo a nosotros
en Brasil", declaró Dilma al relacionar la situación en el
gigante asiático con el escenario económico brasileño. "Cuando volví de la reunión de los BRICS (Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica) en Rusia (hace dos meses) creía que
era una situación superable, pero no tenía en cuenta esta caída
sistemática (de las bolsas), a partir de ahora uno no sabe",
comentó Rousseff. Según proyecciones divulgadas ayer por el Banco Central el
Producto Bruto Interno brasileño sufrirá una retracción del 2,06
por ciento este año y del 0,24 por ciento en 2016.
DCP/ACZ
25/08/2015 13:33
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