BRASILIA, 15 (ANSA)- La presidenta Dilma Rousseff y su
antecesor Lula Inácio Lula da Silva evaluaron la crisis
política agravada tras allanamiento mansión de Fernando Collor
de Mello envuelto en el escándalo de Petrobras. "Prepárense porque las cosas van a empeorar" luego de que la
policía rastrilló la residencia del senador Collor de Mello,
planteó Lula da Silva durante un almuerzo con la mandataria en
el Palacio de Alvorada, residencia oficial en Brasilia. El operativo policial que allanó el domicilio y oficinas de
Collor y de otros dos senadores fue ordenado por el Supremo
Tribunal en el marco del proceso por corrupción en Petrobras
conocido como "Petrolao". Para Lula, principal consejero de la presidenta, es seguro
que el clima político se agravará y esto traerá más dolores de
cabeza al gobierno. Esto es porque Collor cuenta con el respaldo de los líderes
del Senado, Renán Calheiro, y de Diputados, Eduardo Cunha, ellos
también sospechados de corrupción e investigados por el Supremo
Tribunal. La lealtad corporativa de Calheiros y Cunha con Collor quedó
demostrada ayer cuando hubo declaraciones y comentarios
discretos anunciando una rebelión parlamentaria. Lula, Dilma, Rui Falcao, presidente del Partido de los
Trabajadores y un grupo de ministros conversaron durante casi 4
horas el martes poco después de la cinematográfica incursión
policial en la mansión de Collor. Según informó hoy el diario Estado de San Pablo la
preocupación de los comensales es que los parlamentarios
sospechados de corrupción redoblen su sabotaje al gobierno
haciendo más comprometida la ya difícil situación de Dilma con
su 9% de popularidad. De acuerdo con esta versión de los hechos, Lula habría
recomendado a su pupila política que evite quedar amarrada en la
telaraña de denuncias de la causa de Petrobras y que recorra el
país para hablar con la ciudadanía.
DCP-ADG/MRZ
15/07/2015 22:14
|