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 BOLIVIA
Que "reclusión no sea exclusión", dijo el Papa

Por la enviada Giovanna Chirri SANTA CRUZ, 10 (ANSA)- El papa Francisco afirmó hoy que "la reclusión no es lo mismo que la exclusión" y subrayó la importancia del proceso de reinserción, durante su visita a la cárcel de Palmasola, a unos 15 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, donde viven unos 5.000 presos.
    "No podía dejar Bolivia sin venir a verles", comenzó el Pontífice su discurso en la prisión, donde se encuentran recluidos hombres, mujeres y menores, con sus familias, en una especie de "ciudad prisión", considerada una de las más violentas del país.
    El Papa se presentó a los reclusos como "un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados".
    El Pontífice explicó que "la reclusión forma parte de un proceso de reinserción en la sociedad", pero admitió que son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar.
    "Lo sé bien", agregó y citó "el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación y la violencia".
    Todos podemos equivocarnos y resbalar de nuestra dignidad, pero podemos volver a levantarnos: éste fue el mensaje de Francisco a presos y a los dirigentes del penal de Palmasola, donde fue recibido con afecto, y donde estrechó personalmente la mano e intercambio frases con numerosas personas, pasando durante varios minutos frente las vallas, mientras los presentes agitaban globos amarillos y pañuelos anaranjados.
    Dos niños de unos tres años con camiseta blanca, jugaron cerca del Papa y luego se sentaron educadamente en un escalón, mientras hablaba monseñor Jesús Juárez Parraga.
    En el discurso, el obispo responsable de la pastoral penintenciaria de Bolivia, Parraga denunció ante el Papa el "escándalo" de los retrasos de la Justicia y como el 84% de las personas privadas de libertad no tienen una sentencia en firme, así como condenó el "hacinamiento que niega la dignidad humana".
   El encuentro con Bergoglio tuvo lugar fuera del pabellón masculino P4, abierto a las visitas, donde viven unos 2.800 reclusos y con los cuales los familiares, unas 1.500 personas por día, pueden convivir en una especie de aldea protegida y autogestionada por los mismos presos, con la supervisión del personal de seguridad del Estado.
    Francisco pidió ante los miles de presentes "una rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas" a los problemas que enfrentan los reclusos y sus familias.
    "Mientras se lucha por eso no podemos dar todo por perdido", les dijo y les indicó cosas qué se pueden hacer cómo la pacífica convivencia.
    El Pontífice, que escuchó con atención los testimonios de algunos presos, subrayó la importancia de la presencia de las familias, pues "recuerdan que merece la pena vivir y luchar por un mundo mejor".
    Elogió por otra parte al personal del centro que cumple "un servicio público fundamental" y tienen una importante tarea en el proceso de reinserción.
    "Tarea de levantar y no rebajar; de dignificar y no humillar; de animar y no afligir. Un proceso en el hay que dejar de lado la lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona", afirmó.
    Esta actitud, prosiguió Bergolio, "generará mejores condiciones para todos. Ya que un proceso así vivido nos dignifica, anima y levanta a todos".
    Francisco que ya cuando era arzobispo de Buenos Aires iba a visitar a los reclusos en las cárceles y lo ha continuado como Pontífice, les habló del amor de Dios, "que sana, perdona, levanta y cura".
    A los presos les habló de Pedro y Pablo, "discípulos de Jesús que también estuvieron presos y también fueron privados de libertad".
    El Papa escuchó los testimonios de tres reclusos: un joven de 33 años, "hijo de una familia muy pobre, compuesta por 14 hijos; una joven señora que pidió atención a los problemas de los detenidos y entre éstos el de las mujeres embarazadas, y a la cual la emoción le impidió concluir su discurso; un ex estudiante de ingeniería que ahora estudia en el penal, "gracias a la universidad católica, la única que viene aquí a las celdas" y que denunció la"negligencia de la justicia. No se cuando tiempo permaneceré aquí", explicó. Y pidió al Pontífice de "interceder por nosotros con el gobierno por una verdadera justicia".
    A todos el Papa pidió seguir rezando por él, "porque también yo, dijo, tengo mis errores y debo hacer penitencia".
    Tras esta visita, el Papa se reunirá con los obispos de Bolivia y viajará después a Paraguay, en la última etapa de su gira por Latinoamérica, en la que visitó también Ecuador. PK/MRZ

10/07/2015 19:31

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