Por Darío Pignotti
BRASILIA, 4 (ANSA)- Una ilustración con el Cristo Redentor de
Rio de Janeiro y la estatua de la Libertad neoyorquina, unidos
por la base fue publicada hoy en el diario Folha de San Pablo,
acompañando un artículo sobre el estrechamiento de las
relaciones entre Brasil y Estados Unidos.
El "deshielo" diplomático de ambos países quedó sellado esta
semana durante la reunión entre Barak Obama y Dilma Rousseff
que, a poco de retornar de Washington, se apresta a embarcar
hacia suelo ruso para tomar parte de la séptima Cumbre de
mandatarios del grupo BRICS, el bloque que integran Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica. Serán dos días de reuniones, el 8 y 9 de julio próximos,
durante los cuales se "buscará ampliar los consensos" entre los
mandatarios de cinco países "distintos" con tradiciones
políticas diversas, dijo un diplomático en el Palacio Itamaraty,
sede de la Cancillería, durante un encuentro en el que participó
ANSA. En esa conversación "informal" con tres importantes
funcionarios de Itamaraty, una de las ideas más reiteradas fue
que Dilma viaja a la ciudad rusa de Ufá con la prioridad de
consolidar el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) del BRICS cuya
creación fue acordada en julio de 2014 en la bella ciudad
balnearia de Fortaleza, nordeste brasileño. La anterior Cumbre del BRICS se celebró poco después de la
final de la Copa del Mundo (entre los seleccionados de Argentina
y Alemania) a la que asistieron Dilma y el presidente ruso,
Vladimir Putin, en el estadio Maracaná. El banco de los emergentes "no será" una institución que
confronte con el Banco Mundial y el FMI sino una "opción" a la
que podrán acudir los emergentes cuando necesiten
financiamiento, explicó uno de los diplomáticos brasileños. Brasil podrá solicitar fondos para el programa de
infraestructura por 66.000 millones de dólares lanzado este mes
por la presidenta? preguntó ANSA. Ese es, en principio, uno de los objetivos del gobierno
brasileño, el cual espera que haya créditos disponibles a partir
de 2016, explicaron los funcionarios de Exteriores. "Estamos muy satisfechos ante el hecho de que todos los
miembros hicieron el depósito de los instrumentos de aprobación
del NBD", destacó un funcionario que acotó, con sentido del
humor, que más de un observador apostó a la idea lanzada hace un
año en Fortaleza podría demorar largo tiempo hasta ser
materializada por los cinco miembros de BRICS. No deja de sorprender que el Congreso brasileño haya dado su
aval al NBD a pesar de que en esa casa haya una mayoría de
adversarios a Rousseff quien, además, enfrenta una seria crisis
política y su popularidad cayó al 9% según una encuesta conocida
esta semana. Los cinco jefes de Estado conversarán en Ufá, 1 millón de
habitantes, mientras en Moscú lo harán los ministros de Hacienda
y titulares de los bancos centrales para ultimar lo referente al
Nuevo Banco de Desarrollo y al fondo de contingencia que podrá
salir en socorro de cualquier miembro que enfrente alguna
emergencia financiera. En ambos casos todos los integrantes del grupo harán un
aporte de capital siendo China quien cargue con el grueso de los
fondos. El economista de formación desarrollista Paulo Nogueira
Batista será el vicepresidente del Banco con sede en Shangai
cuyo presidente será un funcionario indio. Batista es un antiguo aliado del ex ministro de hacienda
hasta diciembre de 2014, Guido Mantega, un desarrollista con
antigua militancia en el Partido de los Trabajadores (PT) que,
además, defiende planteos diametralmente opuestos al actual jefe
de Hacienda, Joaquim Levy. Fue Levy, un ex funcionario del FMI y del banco privado
Bradesco, uno de los personajes importantes en la gira de esta
semana de Rousseff en Estados Unidos. Principalmente en Nueva
York, donde abrió puertas para la mandataria ante ejecutivos de
finanzas de Wall Street. El desarrollista Mantega y el monetarista Levy simbolizan el
giro de la política económica de Rousseff, quien volvió a
reiterar en Nueva York su compromiso con un ajuste severo para
poner a la economía en orden. Posiblemente Rousseff vuelva a hablar del ajuste en Rusia,
pero tal vez no lo haga con el énfasis dado en Nueva York. La presidenta necesita combinar una dosis de pragmatismo
neoliberal con otra de desarrollismo para reactivar una economía
que este año tendrá una regresión de entre el 1 y el 1,2 por
ciento según pronósticos del mercado. En estos dos viajes, a Estados Unidos y Rusia, Dilma intentará
pendular entre su giro hacia la ortodoxia económica que
favoreció su reencuentro con el primer mundo y su vínculo con
sus socios emergentes, de quienes también depende para reactivar
la economía. La mandataria intentará hacer equilibrio para que su nuevo
affaire con Barack Obama no empañe la conexión con los BRICS,
especialmente con China que es su principal socio económico con
más de 77.000 millones de dólares de comercio y promesas de
inversiones por decenas de miles de millones. (ANSA).
DCP-ADG/MRZ
04/07/2015 19:29
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