(ANSA) - BUENOS AIRES, 12 MAR - Un año después de su última
visita, la cantante mexicano-estadounidense Lila Downs regresó a
Argentina para continuar con el romance que mantiene con el
público local, a los cuales les cantó los temas que conforman su
último álbum e hizo un repaso de su repertorio en un recital que
se caracteriza por la reflexión y el compromiso social. Acompañada por una banda de ocho músicos, la artista fue
ovacionada la noche del viernes por sus seguidores que colmaron
las instalaciones del teatro Gran Rex, ubicado a 100 metros del
Obelisco, el monumento emblemático de la ciudad de Buenos Aires. Tras abrir la noche con "Cruz de madera" y terminar la misma
con una dedicación a la tierra, la cantante y compositora hija
de madre mexicana y padre estadounidense continuó con "Humito de
copal", un tema en el que hace referencia a los periodistas que
escriben "en la línea de fuego" y que suelen ser -sobre todo en
su país- víctimas de la violencia de los narcos. El repertorio continuó con "La martiniana", "La iguana",
"Agua de rosas", "Dulce veneno" y "Balas y chocolate", título
esta última de su flamante álbum, en cuyas canciones transmite
justamente esa convicción por la fe, el deseo, la unión de todos
los mexicanos, de los latinoamericanos y de los seres humanos. Según sostiene la artista, "'Balas de Chocolate' es una
alusión a los tiempos agridulces que vivimos: por una parte, la
violencia pero por otra los excesos y el placer representados
por el cacao, manjar de los Dioses, fruto que permanece y
simboliza nuestra fuerza como nación". Todo indica que el mensaje que intenta enviar esta
intérprete, además de productora discográfica, actriz y
antropóloga, está dando sus frutos ya que esta placa fue
reconocida en los últimos premios Grammy Latino, donde ganó un
galardón como Mejor Album Folclórico. En un escenario colorido, Lila Downs continuó la noche con
"Vámos", "La promesa" y "Patria Madrina", cuya versión original
la interpreta junto al colombiano Juanes y que está dedicada a
los 43 estudiantes mexicanos que desaparecieron en manos de la
policía de Iguala, sospechada de tener fuertes vínculos con el
narcotráfico. Tras esta interpretación, que marcó la parte más fuerte del
show y en el que el público la ovacionó durante algunos minutos,
Lila Down demostró una vez más porqué es una de las figuras más
importante del género y una de las más influyentes no solo a
nivel local sino también global. Manteniendo una conexión importante con su público, la
artista mexicana deja bien acentado que en sus composiciones
siempre permanecen la crítica social, como así también la
migración y la búsqueda de las raíces como una necesidad humana. Con ese carisma que la caracteriza y su firme identidad, Lila
Downs siguió con su espectáculo en el que fusiona ritmos y
estilos que representan lo más profundo de sus raíces y de su
compromiso social. Así llegaron "Viene la muerte" y siguió con el clásico
"Cucurrucucú", "Mano negra", "Piensa en mi" y "Son de difuntos". Para el tramo final de este más que emotivo espectáculo, la
artista interpretó para la despedida "Zapata", "Paloma negra",
"Comalito" y "Cumbia del mole", pero ante el insistente pedido
de los presente, que siguieron coreando su nombre e improvisando
cánticos tras su despedida, Lila Down regresó al escenario para
cantar de rodillas y a capella la "Llorona". Se trata de un tema que popularizó la mexicano-costarricense
Chavela Vargas, quien en vida la había declarado su propia
heredera. Tras su paso por Argentina, la artista mexicana Lila Downs
continuará su gira ahora en Perú, donde se presentará el próximo
martes en el Gran Teatro Nacional de Lima, y luego recorrerá
distintas ciudades de México.
MAC/ACZ
13/03/2016 19:35
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