Por María Zacco
     BUENOS AIRES, 4 (ANSA) - Caricaturizar al papa Francisco "resulta un poco difícil porque tiene sentido del humor", afirmó Antonio Fischetti, periodista de la polémica revista francesa Charlie Hebdo, diezmada el pasado en enero pasado, cuando dos yihadistas abatieron a 12 personas.
     Fischetti, del semanario que satiriza a todas las religiones y está en la mira de los radicales islámicos tras publicar caricaturas de Mahoma, pasó por Buenos Aires, donde recibió el Premio Perfil a la Libertad de Prensa Internacional.
    "Este premio nos consolida, nos alienta, necesitamos esa fuerza. Recibimos mucho apoyo del extranjero y eso ayuda a que también nos apoyen en Francia. Es una respuesta para mucha gente que nos acusó de fomentar conflictos, como si hubiese sido más lógico ceder terreno ante los terroristas", declaró en entrevista con ANSA.
     El 7 de enero pasado, dos atacantes irrumpieron con fusiles en la redacción ubicada en París y desataron una masacre que terminó con la vida de 12 personas, ocho de ellas periodistas del semanario.
     Los hermanos Said y Chérif Kouachi, identificados con la rama de Al Qaeda en Yemen, se responsabilizaron por el ataque y luego fueron abatidos por la policía.
     "Durante mucho tiempo nos sentimos solos porque nuestras caricaturas fueron mal interpretadas por algunas personas, como si nosotros hubiésemos dado razones para su enojo y que pasaran luego a la acción, como lo hicieron. Entendemos que muchos periodistas y dibujantes franceses acepten la censura pero no es nuestro caso", subrayó Fischetti, que aquel miércoles de enero no fue a la redacción porque asistió al sepelio de una tía.
    "Me salvó de la muerte un sepelio, parece un chiste de humor negro de Charlie Hebdo... pero es cierto", dijo el columnista.
    Según relató Fischetti, cada integrante de la revista tenía su lugar fijo en la mesa de la sala de reunión de la redacción.
    "Yo ocupaba un lugar del que difícilmente hubiera podido escapar. De hecho, los compañeros que sentaban cerca de mí murieron", afirmó.
     Durante mucho tiempo el periodista sintió culpa de no haber estado ese día en la revista y de haber tenido otro destino, el de vivir. Pero hoy, dice, sabe que no es culpable de nada.
    "Los culpables de lo que pasó son los terroristas. Sin embargo, a nivel psicológico y emotivo uno siente cosas muy complicadas de explicar. Quienes presenciaron el ataque y sobrevivieron no logran sobreponerse", explicó.
     Hace pocos días, Luz, dibujante del profeta Mahoma y uno de los principales referentes de la supervivencia del semanario satírico tras el atentado, dejó la redacción ya que no pudo lidiar con la muerte de sus colegas y tampoco, según dijo, logró volver a encontrar "inspiración".
    "Cada uno actúa de modo diferente, sostuvo Fischetti. En mi caso, como no estuve, puedo participar más en el trabajo. Esa culpa que siento por no haber estado allí, ese malestar, lo transformo en energía para mantener viva la revista", subrayó.
     Tras el atentado, Charlie Hebdo se hizo célebre en todo el mundo y la edición siguiente al terrible episodio -cuya tapa, en la que Mahoma decía 'Todo está perdonado' de Luz- vendió siete millones de copias en seis idiomas, contra las 60 mil habituales.
     También llegaron las críticas y la pregunta de hasta qué punto era conveniente seguir con ese tipo de publicaciones.
    "Las críticas de ese tipo las conocemos muy bien y entiendo que ciertas personas puedan ofenderse por nuestros dibujos. Pero Francia es un país laico, con principios que nos dan derecho a 'blasfemar'. Desde la Revolución Francesa, en 1789, esos principios están en la base de nuestra cultura", afirmó.
     Agregó que aunque puede entender que esas reglas "sean inversas en otros países, inclusos los de raíz islámica donde se aplica la sharia, el problema es que esos terroristas quieren imponer su ley en nuestra cultura".
    "A los occidentales nos choca cuando ellos lapidan mujeres o decapitan a quienes llaman 'infieles', del mismo modo que a ellos les chocan los dibujitos de la revista. Debe quedar claro que ellos matan a personas y nosotros batallamos con el humor", sentenció.
    Charlie Hebdo también lidió con fundamentalistas católicos y judíos: "debimos enfrentar varios juicios pero nada más. Para nosotros -subrayó el periodista- las creencias religiosas son ideas, como las políticas. Por eso debatimos sobre ellas".
    El Papa, blanco de la revista -antes del atentado se habían publicado las tapas tituladas "Un Papa moderno" y "Lobby gay"- condenó el ataque yihadista.
    "Hacer una caricatura de Francisco es difícil porque tiene sentido del humor. Hemos dibujado a pontífices anteriores y nos resulta más fácil satirizar sobre alguien dogmático y conservador, que no es el caso del Papa actual", dijo Fischetti.
    La revista sigue recibiendo amenazas, pero Fischetti ratificó su compromiso de permanecer, aunque admitió que "hoy trabajar se hace muy difícil".
    Esta semana la redacción se mudó pero la dirección se mantiene en secreto por cuestiones de seguridad. Los periodistas tienen protección policial.
    El miedo "es un gran impedimento para hallar nuevos dibujantes. Los que murieron eran los mejores de Francia y nos cuesta encontrar profesionales con su misma formación y compromiso", admitió.
    "Nuestro combate -concluyó- es propagar el sentido del humor. Porque con él la humanidad va hacia un lugar mejor".
MRZ/MRZ
04/10/2015 20:37