Por María Zacco
BUENOS AIRES, 4 (ANSA)- El rescate de los valores de la
cultura tradicional china, centrada en la idea de armonía entre
el Cielo y la Tierra, es el motor de El Rey Mono, un espectáculo
de teatro y danza, prohibido en el país asiático, que se
presenta en Buenos Aires hasta el 14 de junio.
"En la China comunista ya no existen valores, sólo importa el
dinero", dijo en entrevista con ANSA Meilin Klemann, maestra de
ceremonias de la compañía artística Shen Yun Performing Arts que
montará el espectáculo en el Teatro Opera Allianz de la capital
argentina.
La frase parece una incongruencia a la luz de los
pensamientos fundadores de la doctrina comunista, orientada a
reemplazar en la sociedad la lógica del intercambio por la de
compartir obligaciones y disfrutes. Pero no es el único
despropósito que se da en China, donde hasta las manifestaciones
culturales se presentan como una amenaza para el régimen.
Es el caso del espectáculo realizado por los actores,
bailarines, músicos y escenógrafos que integran el grupo Shen
Yun, creado en el país asiático en 2006. A poco de surgir, su
vocación por rescatar las tradiciones forjadas a lo largo de
5.000 años, devino en un arma letal para el gobierno y sus
fundadores debieron exiliarse.
Desde entonces viven en Nueva York y cada año realizan giras
por todo el mundo para llevar sus espectáculos, que develan
muchos aspectos de una cultura que, según Klemann, "ha
desaparecido.
Tras el éxito cosechado en sus tres presentaciones anteriores
en Argentina, regresan ahora en el marco de su gira
latinoamericana con El Rey Mono, espectáculo basado en una
leyenda que integra la gran novela clásica de la literatura
china "Viaje al Oeste".
La historia -de autor anónimo- publicada en 1590, relata las
aventuras del monje budista Xuanzang (602-664), que debió
enfrentar durísimas pruebas en su viaje de peregrinación a la
India en busca de textos sagrados.
En el espectáculo, cada una de esas pruebas permite acceder a
grandes enseñanzas, de caracter universal.
El monje viaja con tres guardaespaldas: Zhu Bajie, un cerdo que
puede volar; Sha, un ogro que se convierte en un pez gigante
cuando la situación lo requiere y el mágico Rey Mono, el más
poderoso ya que además de volar tiene la capacidad de
transformarse en cualquier cosa que desee.
Gracias a ellos, especialmente al Rey Mono, el monje logrará
cruzar ríos embravecidos, derrotar a monstruos hambrientos y
resistir varias tentaciones. Y para ello, sobran las palabras,
ya que Shen Yun Performing Arts cuenta la historia al detalle a
través de la danza, la música, fondos animados y un vestuario
imponente, que llevan al espectador de la mano por un viaje
increíble.
"La belleza, la música y la danza son idiomas universales que
en este caso permiten rescatar la cultura tradicional china,
llevada al borde de la extinción durante los últimos sesenta
años por el régimen comunista", sostuvo Klemann.
La misión de la compañía, agregó, es "difundir estos valores
en todo el mundo con la esperanza de que algún día vuelvan a ser
enseñados en China".
El espectáculo está prohibido en el país asiático, donde los
pilares de su cultura milenaria han sido sistemáticamente
desarraigados.
"El comunismo chimo no sólo no tiene ideales sino que están
cometiendo un verdadero genocidio, en el que están incluidos los
artistas", señaló Klemann.
La maestra de ceremonias del grupo -de origen chino por parte
materna-, radicada en Buenos Aires, relató que la mayoría de los
integrantes de la compañía Shen Yun fueron perseguidos por
practicar la disciplina espiritual Falun Dafa (Práctica de la
Rueda de la Ley, Ndr), basada en los principios de "verdad,
benevolencia y tolerancia", que combina la meditación con la
filosofía moral.
"En China hay más de 100 millones de practicantes, que son
perseguidos desde 1999 por el gobierno. Son apresados,
torturados y hasta les extraen órganos", subrayó.
La independencia del Estado de este movimiento y sus
enseñanzas espirituales fueron interpretadas como un serio
peligro para las autoridades chinas que lo consideran como una
secta.
La disciplina Falun Dafa es, dijo Klemann, "una de las tantas
manifestaciones culturales que van surgiendo de a poco -aunque
la mayoría no se conoce fuera de China- para manifestar su
malestar, para logran un cambio, una revalorización de las
tradiciones, aún a costa de terminar en la cárcel".
Si cruzan ríos bravos y logran eludir a monstruos
hambrientos, como el Rey Mono, tal vez un día, como sueña la
maestra de ceremonias, la compañía artística pueda regresar a
China a transmitir a través de sus espectáculos a las nuevas
generaciones aquella fundamental conexión entre los seres y lo
divino, que ha convertido a la milenaria cultura china en fuente
de inspiración para personas de todo el mundo.
MRZ-ADG/MRZ
04/06/2015 21:16
|