Mientras crece la presión de los productores agrícolas en las calles de Francia, el presidente Emmanuel Macron insistió ante sus colegas del G20, reunidos en Río de Janeiro, que su país "no "está aislado" en su oposición al acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur.
"Este texto, dijo Macron respecto al acuerdo comercial, que comenzó a negociarse hace décadas, se pasa en supuestos ya obsoletos", dijo Macron.
Entre tanto, la presión de las protestas de los productores agrícolas aumentando en las calles de Francia, continuando la movilización iniciada el lunes ante la perspectiva de la firma inminente del acuerdo con el bloque sudamericano.
En el sur del país, más de un centenar de agricultores partieron esta mañana hacia Béziers, en un convoy de una treintena vehículos. La intención es bloquear los camiones en el peaje de Boulou, en la frontera con España.
Están liderados por la Coordinación Rural, el segundo sindicato agrícola francés, que amenaza con acciones más duras: a partir de mañana, el movimiento se dice dispuesto, si no obtiene garantías contra el acuerdo comercial, a "bloquear los productos alimenticios".
Mientras tanto, una treintena de tractores se concentran en la región de Burdeos, en una zona agrícola donde los espera un nutrido cordón policial.
El gobierno francés, que intenta movilizar a sus socios europeos para que rechacen la firma del acuerdo, se enfrenta a la voluntad de otros miembros, como Alemania, cuyo canciller, Olaf Scholz, ayer confirmó su intención de firmar en breve el acuerdo con el Mercosur.
La portavoz del Gobierno francés, Maud Bregeon, prometió que París seguirá "resistiendo el tira y afloje durante el tiempo que sea necesario" para oponerse a este tratado en la Comisión Europea. (ANSA-AFP).
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