Abolición inmediata de la ley Fornero sobre las pensiones, tasa única al 15% y paz fiscal. El gobierno tiene apenas unos días y la Liga ya presiona para imponer su agenda económica y enumera explícitamente sus prioridades a la premier ministro Giorgia Meloni.
Matteo Salvini deja en claro que no piensa en lo más mínimo en jugar el papel de "socio menor" de la alianza de gobierno de una manera sumisa, mientras avanza de manera autónoma con sus prioridades en la economía.
Durante una reunión con los principales expertos del partido, entre ellos el nuevo ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, Salvini demuestra su intención de hacer oír con fuerza su voz dentro del ejecutivo.
También de sus primeras acciones como ministro de Infraestructura, se desprende su voluntad de impactar, no solo en las grandes obras, como el Puente sobre el Estrecho de Messina, sino también en seguridad y en la lucha contra la inmigración clandestina.
No es casualidad que se reuniera con el almirante Nicola Carlone, comandante general de la Guardia Costera, organismo que, recuerda la Liga, "cuenta con una plantilla de 10.800 mujeres y hombres y cientos de oficinas y comandos en toda Italia".
Es como tener un pequeño "ejército" a su disposición para "volver a defender las fronteras", como dijo en una entrevista televisiva, recordando su prioridad cuando era ministro del Interior.
Sus movimientos, el día anterior a que Giorgia Meloni enfrente el voto de Confianza en Diputados y acapare el protagonismo, son recibidos con irritación en ambientes de la alianza de gobierno, que consideran su conducta al menos como "irracional".
También hay quienes piensa que es solo una forma de arruinar la fiesta para la primer ministra, de ocupar la escena.
Evidentemente, por parte de la Liga, nadie piensa que quiera dar ningún ultimátum a un gobierno que aún no se ha puesto en marcha.
"Siempre hemos hecho reuniones sobre la marcha de la economía. ¿Deberíamos dejar de hacerlas ahora?", se preguntó el representante de la Liga Claudio Borghi.
Más allá de las polémicas, está claro que la Liga quiere apretar el acelerador en algunas cuestiones que han marcado su campaña electoral: la versión más estricta del impuesto único, siempre mal recibido por los Hermanos de Italia de Meloni, o medidas costosas como la paz fiscal o la reforma de pensiones.
Pero también inmigración y autonomía. "Tenemos un gobierno elegido por los italianos, pero la confianza no es ilimitada. La idea de país es clara: reforma, justicia, pensiones".
En el frente de la autonomía, el ministro de Asuntos Regionales, Roberto Calderoli, anuncia que ya ha escuchado a todos los gobernadores durante el fin de semana y que, tras la confianza, iniciará "una serie de encuentros con las delegaciones de todas las regiones".
El presidente de Veneto, Luca Zaia, pide rapidez. "Liga, FdI y Forza apoyaron el referéndum. Así que la coherencia autonómica tendrá que ver la luz con este gobierno".
En resumen, todos los elementos de una estrategia de la Liga que pretende presionar al Primer Ministro lidiando inmediatamente con decisiones importantes ya en la próxima ley de presupuesto. Un primer vistazo que podría ser un pequeño aperitivo de lo que será la línea de la Liga en nuevo ejecutivo.
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