"Ecuatorianos, no nos confundamos: su objetivo no es proteger a esa gente que engaña, sino desestabilizar a un Gobierno que no pertenece a las mafias del pasado, que quieren seguir destruyendo al país", sostuvo el presidente en sus redes sociales.
"¿Dónde estaban sus discursos y preocupaciones de hoy cuando la narcopolítica alcanzaba al Estado? Hoy callan, mientras figuras cercanas a ellos son detenidas o involucradas en investigaciones por corrupción", agregó en su mensaje.
El comentario del jefe de Estado se produce después de la movilización nacional convocada por el Frente Unido de Trabajadores (Fut) -el mayor sindicato del país- para protestar contra la política económica del gobierno de Noboa y las consecuencias de la crisis energética que ha obligado a la población a afrontar apagones diarios de hasta catorce horas desde mediados de septiembre.
Este es el segundo mes consecutivo de protestas masivas contra la gestión gubernamental de Noboa.
Una sequía histórica ha provocado incendios forestales y un déficit hídrico que afectó a las represas, lo que provoca los apagones. El presidente declaró el estado de emergencia por 60 días a principios de esta semana, tras afirmar que la crisis energética sumió al país en el "caos".
Pero sus críticos apuntan a la ineficiencia del gobierno para enfrentar la crisis y alimenta las protestas.
El jueves, los manifestantes se concentraron en el centro de la capital ecuatoriana con el objetivo de avanzar por el centro histórico hasta la Plaza Santo Domingo. Sin embargo, la marcha fue detenida a pocos metros por un despliegue de 2.000 policías que cerraron todos los accesos al centro.
Según la Fundación Asesora Regional de Derechos Humanos (Inredh), al menos doce personas fueron detenidas, mientras que la policía informó de tres agentes heridos.
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