Pero el dólar en el mercado paralelo (no oficial), que rige la mayoría de los precios en el comercio y en el mercado laboral informal, la devaluación es más vertiginosa. En la mañana de este viernes, el billete estadounidense se cotizaba en un promedio de 56,78 bolívares, con una devaluación de casi 11% respecto al 1 de noviembre.
La brecha entre los dos tipos de cambio sigue por encima de 20%, lo que según analistas alimenta enormes distorsiones en los precios de referencia, en una economía dependiente de importaciones. "El precio del dólar imparable y el bolívar cayendo, arrastrando a los salarios y las pensiones. El bolívar se devalúa porque no hay confianza y el BCV no tiene reservas en divisas para defender al tipo de cambio", señala el economista opositor José Guerra, ex gerente del BCV.
"En el fondo hay que encontrar una solución a la crisis política que es la esencia de la crisis económica", añade.
Mientras, el gobierno de Nicolás Maduro intenta atraer inversionistas extranjeros que le ayuden a reflotar la economía, e insiste en que ofrece una moneda estable y seguridad jurídica.
Analistas señalan que con el regreso de Donald Trump a la Casa Banca se prevén más sanciones contra Maduro, lo que afectaría las exportaciones petroleras y la oferta de dólares en el mercado.
Las reservas internacionales totales del Banco Central cerraron el 15 de noviembre en apenas 10.223 millones. Pero, según economistas, la mitad de esa cifra no está disponible, porque son Derechos Especiales de Giro, la moneda contable del FMI.
Esos fondos están retenidos porque el Fondo tampoco reconoce al gobierno de Nicolás Maduro y desde hace más de 20 años no hay relaciones directas entre las partes. Además, Venezuela mantiene una deuda externa en mora que supera los 165.000 millones de dólares, imposible de negociar si no hay en Caracas gobierno reconocido.
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