La actriz italiana Gina Lollobrigida lloró ante las cámaras por lo que considera un acoso de su familia, desde que llegó a su vida su asistente Andrea Piazzolla, señalado por haber dilapidado gran parte de la fortuna de la diva, aprovechándose de su avanzada edad.
"Tengo derecho a vivir pero también de morir en paz", sostuvo Lollobrigida entre lágrimas el domingo en el canal RAI 1, mientras era entrevistada por Mar Venier.
En el programa televisivo intervinieron también los abogados de la actriz y de su único hijo, Milko Skofic. Este último expresó que las medidas impulsadas por la familia obedecen al "inalterado afecto y profunda preocupación por la vergonzosa aniquilación de su patrimonio en beneficio del señor Piazzolla".
"Para mí es como un hijo, esto a mi lado como un hijo, me ayudó a seguir adelante. Su hija se llama como yo, es una tigresa", afirmó la actriz con afecto sobre su cuestionado chofer.
"Andrea nunca se equivocó. Es una buena persona y el hecho de haberme ayudado lo colocó en un lío terrible. La vida es mía y yo decido qué hacer con ella. Dar regalos a Andrea y su familia es algo que me concierne a mí, a nadie más", agregó.
Piazzolla, quien administraba los bienes de Lollobrigida, está procesado por "por elusión de incapacitado", mientras que en octubre la Corte Suprema italiana convalidó el decreto de apertura de la administración de manutención de la demandante, sobre la acción judicial interpuesta por su hijo Milco.
Es él quien pidió a la autoridad judicial de Roma que pusiera los bienes de su madre en buenas manos.
De hecho, Skofic también había pedido "protección" para la administración ordinaria de la vida de su madre. Pero los jueces sostuvieron que la actriz es capaz de tomar sus propias decisiones cotidianas, pero no las relativas a la gestión de dinero, empresas e inmuebles.
La pugna por los bienes de Lollobrigida, que lleva varios años de acusaciones mutuas en televisión y procesos legales, parece lejos de llegar a su fin.
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