El homenaje, que incluyó la realización de un minuto de silencio y la colocación de tres coronas de flores (una blanca, una roja y una verde, como los colores de la bandera de Italia), se registró en la vigilia del partido entre Bélgica y la "azzurra" por la quinta fecha del Grupo A2 de la cuarta edición de la Nations League.
"Recordamos una historia trágica que une a nuestros países: un día del deporte que se convirtió en un día terrible, la celebración de una competición deportiva que se convirtió en una masacre", afirmó Verlingen.
"Recordemos y rindamos homenaje hoy juntos a la memoria de quienes murieron, asumiendo el compromiso de que esto nunca volverá a suceder, que el deporte une y no divide, que todos los aficionados se diviertan con seguridad", agregó la ministra del Interior belga.
Verlingen habló durante la breve ceremonia en homenaje a las víctimas de la tragedia ocurrida el miércoles 29 de mayo de 1985 en el estadio Heysel antes del inicio de la final entre Juventus y Liverpool por la Copa de Campeones (actual Champions League) en la que murieron 39 personas (32 de ellas italianas) y otras 600 resultaron heridas.
La tragedia, que le costó la vida a un total de 39 personas (32 de ellas italianas y en su mayoría aficionados del equipo turinés, cuatro belgas, dos franceses y un británico), se originó cuando fanáticos del Liverpool intentaron agredir a los fanáticos de Juventus generando una avalancha humana.
La ceremonia también contó con la presencia de Gravina, del DT Luciano Spalletti, del responsable de la delegación "azzurra", Gianluigi Buffon, del titular de la Real Asociación Belga de Fútbol (RBFA), Pascale Van Damme, y de la embajadora italiana en Bélgica, Federica Favi.
Los integrantes de la delegación "azzurra", Favi, Verlingen y los representantes de la RBFA visitaron la lápida que recuerda a las víctimas en el Estadio Rey Balduino de Bruselas.
"Esta tragedia debe permanecer en la memoria de todos, por respeto a las personas que murieron, para que no vuelva a suceder", enfatizó Spalletti en conferencia de prensa.
"Hay que hacer comprender a todos que el estadio es un lugar para divertirse, para amar un deporte querido por mucha gente", completó el DT de Italia, que al momento de la tragedia tenía 25 años y era futbolista profesional e integraba el plantel del Viareggio, que entonces competía en la tercera división del "Calcio".
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