Bridgestone, productor de neumáticos, y las también japonesas Toyota y Panasonic formaban parte del grupo de 15 patrocinadores principales de los Juegos Olímpicos que invirtieron más de 2 mil millones de dólares en los últimos cuatro años.
La prensa nipona vinculó la decisión de estas tres empresas a la ausencia de una cobertura mediática adecuada durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, desarrollados pese a la pandemia de Coronavirus, y a la caída general del número de espectadores en la población más joven.
En un comunicado, Bridgestone aseguró creer en la visión de construir un mundo mejor e inclusivo a través del deporte, y agregó que de ahora en adelante se enfocará especialmente en eventos de motor, donde los productos para neumáticos "pueden desafiar directamente las actuaciones, guiar la innovación y crear mayor valor".
Panasonic, gigante de la electrónica que desde 2015 invirtió 835 millones de dólares, y el coloso automovilístico Toyota decidieron en septiembre pasado interrumpir su patrocinio a los Juegos Olímpicos.
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, lamentó en un podcast también durante el mes pasado que las Olimpíadas "se están volviendo cada vez más políticas" y se preguntó si el evento pone realmente a los atletas en el primer lugar.
En cambio, Panasonic no ofreció una explicación sobre su decisión de interrumpir el contrato de patrocinio firmado en 1987 con el Comité Olímpico Internacional (COI), que ahora conserva entre sus principales sponsors al productor de cerveza Abinbev, a Airbnb, a Coca-Cola, a Intel y a Samsung.
Japón invirtió, según información oficial, 13 mil millones de dólares para organizar Tokio 2020, y la mitad de ese monto provino de fondos públicos, mientras que el COI aportó 1.800 millones de dólares.
Una auditoría gubernamental reveló, en cambio, que el costo real fue casi el doble de los 13 mil millones de dólares referidos oficialmente.
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