Sudán del Sur, el país más pobre del planeta, vive una jornada de gloria gracias a su selección de básquetbol, que logró una inédita clasificación al Mundial que se desarrollará del 25 de agosto al 10 de septiembre en Filipinas, Japón e Indonesia.
Fue tras derrotar por 83-75 a Senegal en las eliminatorias africanas que otorgan cinco plazas a la Copa del Mundo y que clasificaron también a Costa de Marfil y a Egipto.
En una nación en la que la expectativa de vida es de 55 años y el 90 por ciento de la población vive con menos de un dólar por día, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el deporte al menos hoy le regaló una sonrisa.
Nunca antes había sucedido que una selección africana lograse clasificarse a un Mundial de básquetbol en su primer intento, pero Sudán del Sur lo hizo pese a que disputa sus partidos fuera de casa al no poder contar con instalaciones adecuadas.
Los integrantes de la selección juegan todos en el extranjero, tras huir de los horrores de una guerra civil que desangra al país que visitó este mes el Papa Francisco para pedir por la paz y que hoy celebra por la victoria lograda en Alejandría, Egipto.
Como si algo le faltara para hacer aún más trascendental la hazaña, Sudán del Sur debió apelar a Luol Deng, que disputó dos veces el All Stars Game de la NBA, pues el entrenador Terence Ivey, de 42 años, no obtuvo el permiso de la franquicia de Brooklyn Nets, donde trabaja como asistente de Jacque Vaughn (reemplazante de Steve Nash) para dirigir a su selección en esta eliminatoria.
Deng, que huyó de Sudán del Sur con su familia siendo niño y se radicó en el Reino Unido, es ciudadano británico desde 2006, pero jamás se olvidó de su origen de terror y miseria y desde hace cuatro años preside la federación nacional de básquetbol.
Sus relaciones con el mundo de las finanzas en el sector de hotelería, resorts y condominios le permitó acumular un patrimonio de 125 millones de dólares, cifra que le permitió en agosto pagar de su propio bolsillo los gastos de traslado y alojamiento del equipo en Giuba.
Con el boleto al Mundial conquistado, la selección de Sudán del Sur fue bienvenida en el aeropuerto por unas 7 mil personas que le tributaron una recepción de héroes.
Muchos de los integrantes de la selección no veían a sus familias desde hacía nueve años por efecto de la guerra civil que, entre 2013 y 2020, los obligó a alejarse de sus raíces.
Cuatro de ellos quedaron huérfanos como consecuencia del conflicto armado y dos nacieron en campos de refugiados en Kenia. Otros seis jugadores (Junior Madut, Bul Kuol, Mathiang Muo, Deng Acuoth, Majok Deng y Sunday Dech) viven y trabajan en Australia, en tanto que otros dos (Gob Gabriel y Mareng Gatkuoth) juegan para equipos universitarios en Estados Unidos y Koch Bar está radicado en Dinamarca.
Alguien que conoce de cerca las penurias que atraviesa la población de Sudán del Sur es el italiano Stefano Cusin, quien durante algunos años entrenó a la selección de fútbol de ese país.
"Las tensiones internas son permanentes, pero lo que logró la selección de básquetbol es importante para unir al país", destacó Cusin en diálogo con ANSA.
"Cuando llegué tuve que empezar de cero, tanto por la falta de infraestructura, como por la calidad de los jugadores, pero trabajando con la selección mayor y también con la Sub-20 sentamos las bases para un futuro más promisorio", agregó.
La Sub-20, recordó, logró clasificarse a la Copa Africana de Naciones de la categoría y celebró a través del deporte, que logra expresar una identidad nacional que no se expresa en otras cuestiones.
Junto con los ya clasificados Sudán del Sur, Costa de Marfil y Egipto (quedan dos plazas disponibles), y los anfitriones Japón y Filipinas, ya aseguraron su presencia en el Mundial de básquetbol nueve de los 12 equipos europeos (Italia, Alemania, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Letonia y Lituania) y cinco de los seis de la Confederación de Asia y Oceanía (Australia, China, Jordania, Líbano y Nueva Zelanda).
Por las Américas sellaron su pasaje Canadá y Estados Unidos, los primeros dos de los siete que jugarán la Copa del Mundo en la que Argentina buscaba el suyo ante República Dominicana este domingo. Idéntico objetivo persiguen Venezuela, Puerto Rico, México y Brasil, en una zona que comparten con Uruguay y Colombia.
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